IVA incluido Servicio en concesionarios oficiales Impuesto de circulación incluido Garantía incluida a nivel nacional Incluye matriculación
Equilibrio entre dinamismo y confort
La gama de motores se compone de tres versiones de gasolina y dos diésel, con potencias que oscilan entre los 100 y 155 caballos. Dependiendo de la opción, se puede equipar un cambio manual de seis velocidades o automático de ocho, de tipo convertidor de par. En todas las versiones la tracción es delantera, si bien, puede equipar elementos como el sistema Advanced Grip Control, para circular fuera del asfalto con mayor seguridad.
La oferta de gasolina queda representada por un motor 1.2 Pure Tech de tres cilindros, con 101, 131 y 155 caballos. El consumo oscila entre los 5,5 y los 6,2 litros, en el caso del más potente y con cambio EAT8. Las emisiones de CO2 varía entre los 124 y 140 gr/km.
Los dos motores diésel también se engloban en un solo bloque de 1.5 litros BlueHDi, con 101 y 130 caballos, con un consumo medio de entre 4,5 y 4,9 litros, según la motorización y si equipa cambio manual o automático, y unas emisiones que oscilan entre los 118 y 128 gr/km.
En los últimos tiempos, casi todas las marcas buscan ofrecer una experiencia de conducción muy equilibrada, sobre todo, cuando se trata de segmentos generalistas y, muy especialmente, en los crossovers o SUV. Una conducción que no sea ni muy dinámica ni muy confortable, sino que existe un término medio. Esto se aprecia muy bien en el Peugeot 2008.
Es un SUV muy agradable de conducir, prioriza más el confort que el dinamismo, ya que cuenta con unas suspensiones con un tacto más bien blando, que filtran muy bien los baches. Pero la dirección es rápida y el reducido tamaño del volante aumenta la sensación de agilidad. El funcionamiento del cambio automático es muy bueno, aunque a veces es un poco lento en reducciones, pero este coche no está pensado para correr, así que no es un problema.
Su hábitat natural son las vías rápidas, en las que se muestra muy estable y transmite mucha seguridad. El confort acústico es muy bueno también, porque el trabajo de insonorización es elevado, aunque tanto las mecánicas diésel como de gasolina se dejan sentir un poco a altas velocidades.