IVA incluido Servicio en concesionarios oficiales Impuesto de circulación incluido Garantía incluida a nivel nacional Incluye matriculación
El Peugeot 208 se puede configurar con un motor diésel y tres de gasolina, con potencias comprendidas entre los 75 y 130 caballos. El cambio puede ser manual de cinco marchas en el motor de gasolina de 75 caballos o seis en el resto. Opcionalmente, se puede elegir con el cambio automático de convertidor de par EAT8, que es de serie en el motor de gasolina de 130 caballos.
También hay una versión completamente eléctrica denominada Peugeot e-208, con un motor de 136 caballos y una batería de 50 kW que le permite una autonomía de 340 kilómetros.
Los tres motores son de tres cilindros, pertenecientes a la familia Pure Tech del Grupo PSA. El primero es un bloque 1.2 atmosférico con 75 caballos y declara un consumo medio de 5,5 litros y 123 gr/km de emisiones de CO2. A continuación, dispone de un 1.2 turboalimentado, que entrega 102 caballos, con un consumo mixto de 5,4 litros con cambio manual y 5,9 litros con cambio automático. El nivel de emisiones va desde los 123 hasta 133 gr/km. Y, por último, el mismo bloque 1.2 Pure Tech, pero con 130 caballos, un consumo medio de 5,7 litros y 128 gr/km de CO2.
El único motor diésel disponible en la oferta es el 1.5 BlueHDi, de cuatro cilindros y 102 caballos, asociado únicamente al cambio manual. Declara un consumo medio de 4,1 litros y unas emisiones de 107 gr/km.
El nuevo Peugeot 208 es un coche divertido de conducir, sin ser muy deportivo. Esto es así por las sensaciones que transmite el puesto de conducción, con su volante tan pequeño, que hace que sea muy fácil maniobrar y aumenta la sensación de agilidad. Es un coche bien equilibrado para un uso urbano y en carretera, aunque las suspensiones se notan un poco duras en baches pronunciados y asfalto muy roto, pero son confortables.
En autovía demuestra tener más empaque que la anterior generación, transmite mucha seguridad a alta velocidad y da la sensación de estar conduciendo un coche de segmento superior. En carreteras sinuosas, aunque no es un coche que destaque por agilidad, la dirección rápida y el volante pequeño generan esa sensación de estar ante un vehículo más dinámico de lo que realmente es.
El nuevo Peugeot 208 es un coche divertido de conducir, sin ser muy deportivo. Esto es así por las sensaciones que transmite el puesto de conducción, con su volante tan pequeño, que hace que sea muy fácil maniobrar y aumenta la sensación de agilidad. Es un coche bien equilibrado para un uso urbano y en carretera, aunque las suspensiones se notan un poco duras en baches pronunciados y asfalto muy roto, pero son confortables.
En autovía demuestra tener más empaque que la anterior generación, transmite mucha seguridad a alta velocidad y da la sensación de estar conduciendo un coche de segmento superior. En carreteras sinuosas, aunque no es un coche que destaque por agilidad, la dirección rápida y el volante pequeño generan esa sensación de estar ante un vehículo más dinámico de lo que realmente es.