Clásico, deportivo, icono
Hay muchas palabras que se han escrito acerca del sensacional 911 a lo largo de su medio siglo de historia, pues fue en torno a 1967 cuando comenzó a comercializarse en Europa la primera versión, el llamado 901. En la actualidad, el 911 cuenta con una serie de rivales de alto standing como el Aston Martin V12 Vantage S, el Audi R8, el Jaguar F-Type Coupé, el Chevrolet Corvette, el Mercedes-Benz AMG GT, el Ferrari 488 GTB, el Nissan GT-R o el BMW M3, entre otros.
Su silueta se puede reconocer desde lejos al ser una de las más particulares y una que se ha mantenido muy fiel al diseño original concebido durante la década de los años sesenta – un diseño que parte del mismo Volkswagen Escarabajo en el que trabajó Ferdinand Porsche. El morro alargado y bajo se estiliza de punta a punta, llegando hasta unos faros ovalados y resaltados, elevándose incluso por encima del capó. Es tan bajo porque el motor está colocado sobre el eje trasero.
Esta cualidad de tener el motor detrás es una de las más particulares de este coche, que ha mantenido esta configuración similar a las de antaño, dándole su propio carácter, un manejo muy particular y deportivo. La parte trasera es curvada desde el techo hasta el parachoques trasero (como lo ha sido siempre), teniendo algunos huecos de refrigeración ya que ahí es donde se aloja el motor del 911.
Aunque siempre ha tenido un seis cilindros boxer, la generación actual monta un cuatro cilindros turbo desde la versión más básica, algo que ha roto con la tradición de un coche ya de por sí histórico. Durante mucho tiempo se mantuvo también la refrigeración por aire, no siendo hasta las generaciones más actuales el cambio a la refrigeración por agua como utilizan la mayoría de los coches de hoy en día.