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Turbo en toda su gama…o casi
Es cierto que el 911 puede conducirse donde sea con tranquilidad, pero donde de verdad destaca el deportivo alemán es a la hora de apretar el acelerador y sentir cada curva que uno se encuentra en su camino. Muchas cosas en este bólido son espectaculares, desde la manera en la que el acelerador responde al tacto – estando entre los mejores del mundo sin problemas – la manera en la que funciona la dirección asistida eléctrica o la propia tracción del coche. ¡Vaya ‘bicho’!
El cambio de atmosférico a turbo ha tenido una consecuencia en términos de rendimiento, al coche ahora le cuesta menos ir rápido ya que la entrega de par es mucho más óptima que antes. Para mejorar aún más el manejo del coche está como elemento opcional el eje trasero direccional, un elemento tomado de 911 GT3 que aumenta la capacidad de entrada en las curvas.
Con los años el 911 se ha vuelto un coche cada vez más fácil de conducir, por lo que también es más fácil disfrutarlo y llevarlo al límite. También está equipado con la excelente caja de cambios automática de doble embrague PDK, que funciona cambiando de marchas a una velocidad de órdago y con una precisión que pocos cambios automáticos son capaces de conseguir en la actualidad.
El motor bóxer de seis cilindros sigue siendo el corazón del 911, pero en este restyling del 911 que salió en 2012 los turbo han llegado hasta al modelo más básico, dejando al atmosférico casi en el pasado. Existe una excepción: algunos modelos, como el GT3, el GT3 RS y el 911 R montan un 4.0 atmosférico, pero estos modelos están más pensados para utilizarlos en circuitos.
El motor básico es el 3.0 Biturbo bóxer de seis cilindros, que sustituye al 3.4 que era antes el motor del 911 Carrera normal – el 3.0 entrega 370 caballos de potencia, siendo capaz de alcanzar 295 kilómetros por hora. Este mismo motor también se usa en el Carrera S (antes era un 3.8 atmosférico), llegando a ofrecer 420 caballos además de conseguir una velocidad punta de 308 kilómetros por hora. También está el Carrera GTS, que exprime el motor hasta los 450 caballos.
Para los que esa potencia aún se quede corta, Porsche cuenta también con otro clásico, el 911 Turbo que en esta generación tiene un 3.8 turbo con nada menos que 540 caballos de potencia. El Turbo S eleva esa cifra hasta los 580 caballos mientras que el 911 más potente en la actualidad es el salvaje 911 GT2 RS, con una potencia de 700 caballos y una velocidad máxima de 340 kilómetros por hora.