BMW i8: Opiniones y precios

Un deportivo muy exclusivo y eléctrico

En Carnovo:
  • IVA incluido
  • Servicio en concesionarios oficiales
  • Impuesto de circulación incluido
  • Garantía incluida a nivel nacional
  • Incluye matriculación

Opinión de BMW i8

  • Imagen exclusiva
  • Consumo
  • Prestaciones
  • Acceso interior
  • Maletero
  • Plazas traseras anecdóticas

¿Puede un deportivo ser eléctrico? BMW responde afirmativamente a esta pregunta con el i8, una máquina que supone una auténtica obra de arte de la ingeniería alemana y de la eficiencia, que combina diseño exclusivo con prestaciones elevadas y consumos muy bajos. Su exclusividad también se observa en el mercado, ya que no tiene ningún rival directo con características similares. El que más se le acerca es el nuevo Lexus LC 500h, que combina un motor de gasolina con otro eléctrico.

El diseño del BMW i8 resulta de lo más llamativo y crea una imagen impactante a la que es imposible pasar desapercibido. Allá por donde pasa, es observado por todos. Realmente, sólo adivinaremos que se trata de un BMW al contemplarlo desde el frontal, en donde se aprecia la característica parrilla dividida de la marca, en forma de doble riñón aunque, en este caso, luce un elemento decorativo en azul, que aparece también en todas superficies de la carrocería, realizada en carbono y plástico, que nos avisan de que se trata de un vehículo cero emisiones. La zaga resulta particularmente llamativa, con una gran luneta que da continuidad al techo, unas ópticas que transmiten agresividad y superficies en negro, en contraste con el color de la carrocería.

La vista lateral es muy espectacular, especialmente, cuando se abren las puertas que dan acceso al interior. La apertura es vertical, recordando a la de los modelos más exclusivos de Lamborghini. Para sentarse dentro, hay que realizar una maniobra nada fácil pero, una vez al volante, la sensación es como la de estar en una nave espacial. Todo es diferente en el i8, desde la disposición de los diferentes instrumentos, al diseño del habitáculo, además del volante. Es como estar sentado en un concept car, como los que vemos a menudo en salones de motor.

Y si espectacular es la vista del BMW i8, no lo es menos la mecánica que monta. Dispone de un sistema de propulsión compuesto por un motor de gasolina de 3 cilindros y 1.5 litros con dos eléctricos, más un par de baterías de litio, que entregan en total 362 caballos de potencia, capaz de ofrecer unas prestaciones de auténtico deportivo, junto a unos consumos más propios de un coche utilitario.