El interior del GT-R ha dado un salto de calidad, con respecto a generaciones anteriores, y puede decirse que el habitáculo es de auténtico lujo. Sin embargo, pese a ser bueno, está muy por debajo de sus principales rivales, aunque, por otra parte, éstos pertenecen a marcas premium o de lujo. El salpicadero muestra una imagen horizontal con la pantalla de 8 pulgadas del navegador en el centro que puede ser gestionada de manera táctil o a través de un mando ubicado en la consola central. Por otro lado, la atención la palanca del cambio automático, muy pequeña y en forma de joystick. El volante presenta unas proporciones correctas y se agarra bien y el cuadro de instrumentos ofrece la información de manera clara y ordenada.
Un elemento a resaltar es la calidad de los asientos que, de serie, son de Alcantara. Son cómodos y ofrecen un puesto de conducción algo más elevado de lo habitual en coches de este tipo, por lo que la visibilidad es más amplia. Proporcionan un gran apoyo en las curvas y un mayor confort a la hora de hacer viajes. Otro detalle interesante es la inclusión del sistema Active Sound Enhancement que reproduce el sonido del motor a través de los altavoces del interior.
El Nissan GT-R presenta una configuración 2+2, eso quiere decir que está homologado para llevar cuatro ocupantes, aunque el espacio en las plazas traseras es mucho más reducido. Un detalle interesante es que los asientos traseros incluyen anclaje para sillitas infantiles. El espacio en las plazas delanteras es muy bueno, aunque tampoco extraordinario.
El GT-R cuenta con un maletero de 315 litros de capacidad, bastante más grande que el de sus principales competidores. Un Porsche 911 Turbo cuenta sólo con 115 litros y un Mercedes AMG GT ofrece 175 litros.