Dedicado al gasoil
Siendo una furgoneta, uno no puede esperar un comportamiento dinámico y agresivo, sea la marca que sea, teniendo en cuenta el peso del conjunto, la altura y la aerodinámica entre otros tantos factores. En este sentido el Mercedes-Benz Clase V es un coche que no destaca (ni tiene que destacar), con una conducción tranquila para el que lleva el volante y un viaje cómodo para los que no.
Cuenta con una posición de conducción bastante alta, lo que lo hace más fácil de llevar en ese sentido por la visibilidad que ofrece. Tiene también un interruptor en el salpicadero que permite cambiar el modo de conducción, de uno más cómodo a uno más deportivo, modificando la manera en la que trabaja la caja de cambios. Incluso hay levas en el volante para cuando se escoja el modo deportivo.
En general, la conducción en el Clase V es bastante parecida a la de otras furgonetas, aunque más placentera para los ocupantes dada la calidad de los materiales. Con el motor más básico igual puede faltar potencia si se carga hasta los topes, pero con el motor tope de gama debería ser suficiente para paliar ese inconveniente.
Dadas las características del Clase V, es natural pensar y descubrir que todos los motores con los que cuenta en la actualidad son diesel, sin que haya opciones de gasolina o variantes híbridas/eléctricas en su repertorio. Para un coche cuya misión es la de hacer viajes con la mayor carga posible o un número elevado de pasajeros, es lógico apostar de manera exclusiva por los motores turbodiésel que mejor rendimiento dan en estas situaciones.
De hecho, sólo hay un motor disponible para todas las versiones del Clase V, un motor 2.1 con turbo e intercooler. Según el nivel de potencia que se escoja puede tener más o menos caballos: el V200 d trae 136 caballos, el V220 d 163 caballos y el V250 d alcanza los 190 caballos. El par motor también varía de manera proporcional: 330 Nm para el V200 d, 380 Nm para el V220 d y 440 para el V250 d.
Ahora bien, dentro de su categoría hay motores que funcionan mejor, como el biturbo que monta el Volkswagen California – con un cambio que funciona mejor que la caja automática de siete marchas del Mercedes-Benz. Todos los motores pueden equipar tracción total acoplable.