Una furgoneta con distinción
El Mercedes-Benz Clase V es la furgoneta monovolumen de la casa alemana en la actualidad, dando su propio toque personal a un mercado marcado por el parecido razonable entre los diferentes modelos que se pueden ver por la calle. Este furgón de pasajeros, disponible en varias longitudes, puede llegar a ser de los más largos del mercado y pelea contra el Volkswagen Caravelle, el Volkswagen Caddy, el Toyota Proace Verso, el Citroën SpaceTourer, el Peugeot Traveller o el Hyundai H-1.
A nivel exterior es bastante evidente de lo que se trata: tomar las trazas que llevan los otros modelos actuales de la marca de las flechas plateadas y adaptarlas a una carrocería de furgoneta tradicional, con su morro corto y su silueta cuadrada para maximizar el espacio interior. La parrilla frontal es bastante amplia – sin olvidar el prominente logo de la marca en el centro – y los faros, aunque más afilados que en otros modelos, tienen bastantes zonas redondeadas.
Por lo demás el aspecto de este Mercedes-Benz es similar al de otras furgonetas del mercado, si bien se destaca al ser una de las más grandes para así poder tener tanto más espacio para sus ocupantes como más espacio de carga. Los faros traseros son horizontales, delgados y discretos, colocados uno a cada lado del gran portón del maletero. Eso sí, dentro de la furgoneta destacan aspectos que son ya habituales en la marca frente a otros fabricantes en el mercado.
La Clase V es en definitiva, dentro de la nueva nomenclatura de Mercedes-Benz, la sucesora de otras furgonetas como el Vaneo, Vito o Viano – el Clase V se vende en tres longitudes diferentes: Compacto (4,9 metros), Largo (5,1 metros) y Extra Largo (5,3 metros). También existen versiones especiales, como la variante campera Marco Polo (donde cambia, entre otras cosas, los elementos utilizados en el interior) junto con la empresa Westfalia.