Simple, claro y funcional
El Skoda Fabia ha logrado consolidarse en el mercado durante tres generaciones consecutivas dentro del segmento de vehículos compactos o familiares pequeños, sirviendo a modo de escalón medio dentro de la extensa gama del Grupo Volkswagen. El popular modelo checo, un éxito de ventas para Skoda, se acerca a sus veinte años en el mercado mientras que pelea contra rivales fuertes (y también longevos) como el Volkswagen Polo, el Ford Fiesta, el SEAT Ibiza o el Renault Clio.
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A nivel externo, el Skoda Fabia difiere de su generación anterior lo justo y necesario: se nota la identidad de la marca, el estilo de su diseño a lo largo de su carrocería, pero al mismo tiempo ha sabido madurar sus formas de manera que sea ya de entrada un coche con mejor acabado desde el primer momento. De manera similar al Volkswagen Golf, con el que comparte la plataforma MQB, las líneas de los faros delanteros y traseros se han vuelto más afiladas y hay más aristas en las cuatro esquinas.
De hecho, en todos los sentidos supone una evolución de la segunda generación, teniendo un estilo y un carácter muy similar a la vez que los materiales en su construcción se notan bastante superiores – además de la tecnología aplicada a la conducción que se puede apreciar. Lo que más destaca de este coche, sin embargo, es que desde que se saca del concesionario se muestra muy sencillo y efectivo al volante, simplificando cualquier tipo de viaje tanto por carretera como por autovía.
El Fabia es además la base de uno de los coches de rallyes más exitosos de la actualidad: el Skoda Fabia R5. Si la segunda generación fue la base del también laureado Fabia S2000, el Fabia R5 se ha alzado como el coche de referencia tanto en campeonatos nacionales como en certámenes internacionales, incluyendo la categoría WRC2 del Campeonato Mundial de Rallyes con pilotos de la talla de Andreas Mikkelsen, Pontus Tidemand o Jan Kopecky.