Un sedán con gran sofisticación y conectividad
El Skoda Rapid es el sedán que se sitúa en la gama de la marca checa entre el Spaceback (que cuenta con una base idéntica) o el Yeti y el nuevo Kodiaq o el Octavia, por lo que se puede colocar dentro del segmento de berlinas medianas (aunque en un escalón por debajo del Octavia por cuestiones de tamaño). Los rivales más directos para este sedán son el BMW Serie 1, el Toyota Auris, el Seat Toledo, el Citroën C-Elysée o el Toyota Prius, entre otros.
De cara a 2017 Skoda ha realizado algunas actualizaciones en el Rapid que se notan ya desde la apariencia estética: de manera similar a otros modelos se ha cambiado el frontal, tanto con un nuevo parachoques como con los faros antiniebla y los pilotos delanteros, que ahora tienen la posibilidad de llevar iluminación LED. De manera similar, los pilotos traseros (oscurecidos con respecto al Rapid de 2013) pueden llevar ahora iluminación LED, aunque es un elemento opcional y no de serie.
Además de las molduras y los mandos del climatizador con unos controles más optimizados, el cuadro de instrumentos y los sistemas multimedia disponibles también han cambiado. Uno de los mayores avances que se han realizado es en materia de conectividad, llevando ahora acceso a Internet y un punto de acceso a WiFi, de manera similar a lo que utiliza Opel con su aclamado sistema OnStar.
El Rapid (junto a su variante de carrocería familiar, el Spaceback) no cuenta con tanta repercusión en el mercado en estos momentos ya que se apenas lleva en él desde 2013. Tampoco cuenta con versiones especiales o deportivas ya que esta tarea ha recaído en el Octavia RS o las versiones de competición que se han derivado del Fabia, siendo la más notable el Skoda Fabia RS de rallyes.