Como entrar en una nave del futuro
Al adentrarse en el Passat uno accede a un habitáculo inmenso, con bastante espacio de sobra tanto en las plazas de delante como en las de atrás. Los materiales dan una gran sensación de calidad además de ser agradables al tacto y a la vista – casa con el estilo serio de la mayoría de los Volkswagen. La posición de conducción se puede adaptar de varias maneras y en ningún momento resulta incómoda, mientras que el copiloto puede estirar las piernas con facilidad.
El sistema de infoentretenimiento funciona de manera casi idéntica a todos los modelos del Grupo Volkswagen, con una pantalla táctil que incluye navegador, radio y diversas funciones extra que se añaden al subir el nivel de acabado. También puede accederse a todo tipo de información referente al propio vehículo, como la presión de los neumáticos o la cantidad de carburante disponible (que también aparece en el cuadro de mandos, en concreto en el centro del velocímetro).
Con esta generación Volkswagen ha sido capaz de ganar a sus rivales en términos de espacio, tanto en el sedán como en el familiar. Ambos miden 4,767 metros de largo y 1,832 de ancho y logran un espacio envidiable, sobre todo en las plazas traseras – de hecho, en el familiar es tanto el espacio que para mantener una conversación entre la fila delantera y la trasera hay que alzar un poco la voz de la distancia entre ambas, por muy silenciosa que sea la marcha del coche.
De nuevo sale muy favorecido el Passat en este apartado, pues el sedán cuenta con 586 litros de espacio y el familiar 650 litros. El cuatro puertas sólo se ve superado en este apartado por el Renault Talisman y sus 608 litros y el Skoda Superb con 625 litros (los dos coches tienen un largo mayor) mientras que el Variant se queda tras el Superb Combi y el Mercedes-Benz Clase E Estate, también con dimensiones superiores que el Volkswagen (el Mercedes es casi 17 centímetros más largo).