Conectividad por encima del confort
Por dentro el XF resulta sobrio, un coche serio pensado para personas de edad adulta (como muchos vehículos de ejecutivos) donde no hay mucho colorido, pero sí una gran calidad en los acabados. Esto se aplica tanto al diseño del salpicadero – que puede tener retoques realizados en madera como al tejido de los asientos que pueden ser de cuero.
Uno podría llegar a pensar que la búsqueda del confort al volante es una máxima en los Jaguar, pero con este modelo esta premisa no se cumple: en su lugar, el grueso de la atención a la hora de diseñar el interior se centra en la conectividad. En el centro reina una pantalla táctil, que puede ser de 8 ó 10,2 pulgadas, que incluye audio, navegador y sincronización con sistemas Smartphone – y de hecho se controla de manera muy similar a uno según el medio Top Gear.
Comparado con el modelo anterior se ha conseguido mayor espacio en las filas traseras de asientos – más aún si se opta por la variante Sportbrake ya que el techo del familiar empieza a bajar por detrás de los pasajeros. También ayuda que sea más grande que el XE (ambos utilizan componentes similares tanto en su estructura como en el interior) y da una sensación de vehículo más logrado.
El maletero de un Jaguar no suele destacar por su amplitud, pero en este caso sí que lo hace: 540 litros de espacio en el maletero (550 para el Sportbrake), superando al Audi A7 Sportback, al Mercedes-Benz CLS Coupé y varias berlinas más como el Infiniti Q70 e incluso el Porsche Panamera. Es uno de los referentes en su segmento, un logro para ser más corto que muchos de estos vehículos.