Muy espacioso y tecnológico
El interior del Volkswagen Tiguan Allspace es idéntico al de la versión corta. Se caracteriza por la sobriedad típica de la marca alemana, con líneas horizontales y una gran consola central dividida en dos secciones: en la parte superior se encuentra la pantalla táctil de 8 pulgadas del equipo multimedia colocada en una posición algo baja para la vista del conductor, por debajo de los aireadores; la zona inferior está dedicada para los controles del climatizador, mientras que las funciones de audio, teléfono y navegador se manejan desde la pantalla.
El volante no cambia y el cuadro de instrumentos puede incluir el Digital Cockpit que, poco a poco, se va extendiendo en toda la gama de la marca. A pesar del aspecto sobrio del habitáculo, la calidad de los acabados es muy alta, con empleo de plásticos de buena factura, superficies acolchadas y materiales nobles en algunas inserciones. El ajuste de las diferentes piezas es muy bueno y no se perciben ruidos ni crujidos durante la conducción.
El incremento de la distancia entre ejes y de la carrocería trae consigo un notable aumento de la habitabilidad en las plazas traseras. La distancia para las piernas es mayor que en el Tiguan normal y también aumenta el espacio para la cabeza. La banqueta se puede deslizar 18 centímetros y los respaldos se pueden reclinar en varias posiciones. A pesar de la mejora de las cotas, el espacio disponible no es mejor que en otras alternativas, como un Skoda Kodiaq. Como ocurre en otros SUV de siete plazas, la tercera fila es estrecha y solo recomendable para niños o personas de baja estatura.
El maletero también se beneficia considerablemente del aumento de tamaño, llegando hasta unos buenos 685 litros cuando no se utiliza la tercera fila de asientos. Con siete plazas disponibles, el volumen se reduce a 230 litros. Si se abaten la segunda y tercera filas, el espacio de carga puede alcanzar los 1.760 litros.