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Las mejoras están ahí
Se nota mucho el corazón bávaro que da vida al nuevo Toyota Avensis. Tanto el motor diésel como el gasolina ofrecen un rendimiento equilibrado y muy apto para realizar largos viajes. En este punto juega mucho a favor del Avensis sus reducidos consumos, un aspecto muy tenido en cuenta por los conductores y en el que el representante japonés está en una posición de absoluta preferencia gracias a los buenos promedios que consigue. Además sus propulsores salen muy bien desde abajo y resultan sobradamente elásticos a cualquier régimen.
A la hora de comparar su chasis y suspensiones respecto a la competencia empiezan a aparecer las dudas. El Avensis se desenvuelve bien cuando los recorridos se realizan mayormente en tramos de autopista correctamente asfaltados, ya que su puesta a punto está más enfocada al confort de todos los pasajeros que en lugar de buscar transmitir sensaciones al volante. Por este motivo la dirección del Avensis 2018 resulta demasiado asistida en ocasiones y los ruidos del motor se perciben más que en otros compañeros de segmento. Por otro lado, la respuesta de los frenos y el tacto con el cambio son agradables para el conductor.
Los motores del Toyota Avensis destacan por su gran empuje a bajas vueltas teniendo en cuenta la cantidad de peso que tienen que mover con la berlina japonesa. Los nuevos Avensis aceleran de 0 a 100 en menos de 10 segundos y han mejorado mucho en materia de sonido dentro del coche, una de las asignaturas pendientes en las versiones anteriores del Avensis. Sin duda otra virtud importante de este coche es su consumo, tanto con el propulsor de gasolina como en el diésel, las cifras oficiales no se distancian mucho de lo que luego es la conducción real.
En la variante de gasolina, el Avensis sólo dispone de una única motorización, conformada por un bloque de 1.8 litros que aporta una potencia de 147 CV. Según Toyota, el consumo de este propulsor está cifrado en 6 litros con el acabado Sedan y 6,2 con la opción familiar. Se puede montar tanto con una caja de cambios manual de seis velocidades, como con una automática CVT que según Autobild ha experimentado mejoras en su refinamiento.
Por su parte, los motores de gasóleo son dos. La primera mecánica es el D4-D 1.6 con una potencia máxima de 112 caballos y unos consumos de 4,2 litros cada 100 kilómetros. Para los que buscan el propulsor más potente de esta variante han de fijarse en el D4-D 2.0, que se estira hasta los 143 CV y el consumo de combustible se elevan un poco hasta los 4,6l/100 km.