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Una completa gama de motores diésel y gasolina
Opel ha corregido una de las pegas que tenía el anterior Insignia, su elevado peso. La nueva generación ha adelgazado hasta 175 kilos y eso se nota. La primera impresión que da el Insignia Grand Sport es que es más dinámico y ágil pero, a la vez, el chasis FlexRide hace que el coche tenga un comportamiento más tranquilo, lejos de una conducción deportiva. Este chasis permite adaptar la amortiguación, la dirección, la respuesta del acelerador y las relaciones del cambio automático de forma independiente o mediante tres modos de conducción: Normal, Sport y Tour.
Pero, incluso en el modo Sport, el manejo del Insignia no llega a ser deportivo debido al cambio automático de tipo convertidor de par que tiene unas relaciones más bien largas para ahorrar combustible e impide exprimir el motor, aun cuando se trata de la versión más prestacional, el 2.0 turbo de gasolina con 260 caballos.
Según versiones, puede montar una tracción integral que multiplica las sensaciones de seguridad a bordo del Insignia. Se trata de un sistema inteligente que va asociado a las suspensiones traseras y a un sistema de doble embrague con control electrónico que distribuye el par motor entre un eje y otro y, además, entre las ruedas de un mismo eje para que traslade más fuerza a la rueda exterior en las curvas.
Inicialmente, el Opel Insignia Grand Sport está disponible con dos mecánicas de gasolina y tres diésel, todas de 4 cilindros. Las primeras van desde los 140 a los 165 caballos y las segundas van desde los 110 hasta los 170 caballos. El cambio es manual con seis velocidades y la tracción es al eje anterior, aunque las versiones más equipadas y potentes pueden tener un cambio automático de ocho relaciones y tracción integral.
La gama arranca con un bloque 1.5 turbo de 140 caballos. Con este motor, el Insignia acelera de 0 a 100 km/h en 9’9 segundos y tiene un consumo mixto homologado de 5’7 litros. En el siguiente nivel está el mismo propulsor de 1.5 litros pero con una potencia elevada hasta los 165 caballos. En este caso, mejoran las prestaciones, con una aceleración de 0 a 100 km/h en 8’9 segundos y el consumo declarado es de 6 litros. Tras el verano, la oferta de gasolina quedará completada con un bloque de 2 litros turbo de 250 caballos.
En este caso, Opel ofrece hasta tres mecánicas con diferentes niveles de potencia. En primer lugar, un motor de acceso de 1.6 litros CDTI con 110 caballos que se antoja bastante corto para una berlina del tamaño del Insignia. En el nivel intermedio, se sitúa el 1.6 CDTI de 136 caballos, que tampoco destaca por unas prestaciones generosas pero obtiene un consumo muy bajo.
Acelera de 0 a 100 km/h en 10’5 segundos y gasta 4’3 litros a los 100 km. Por último, encontramos el diésel más potente, un 2.0 CDTI de 170 caballos que mueve con más soltura al Insignia. Declara una aceleración de o a 100 km/h en 8’7 segundos y un consumo mixto de 5’2 litros.