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Gama muy variada
Las suspensiones del Opel Corsa son cómodas y filtran de forma efectiva los baches, pero esto no quiere decir que las inclinaciones de la carrocería sean demasiado acusadas. La caja de cambios manual no es tan suave como cabría esperar; hasta la cuarta marcha los engranajes se realizan de forma sencilla, pero insertar las marchas más altas cuesta algo más de lo que debería. Por su parte, la transmisión automática Easytronic es algo lenta y necesita de una pisada a fondo (kick-down) para bajar bruscamente una o dos velocidades y ganar suficiente fuerza para realizar una aceleración que, además, es algo violenta.
Como comentamos anteriormente, la visibilidad no es especialmente buena, no importa si se escoge la versión de tres o de cinco puertas. Aun así, en la variante de tres puertas este problema sale más a la luz debido a la caída del techo y a la menor área acristalada de la carrocería. En cualquier caso, el Opel Corsa es un coche muy confortable y su tacto permite salir sin ningún problema (siempre que vaya asociado a un propulsor adecuado) fuera de la ciudad, ya que transmite una buena solidez al volante.
Si algo tiene el Opel Corsa, al igual que sus predecesores, es una extensa gama de motores gasolina y diésel que abarcan desde una potencia con unas ventas prácticamente residuales (en los motores menos potentes y en el radical OPC, con 207 CV) hasta los superventas de un caballaje medio y un consumo comedido. Especialmente recomendables son el 1.0 Turbo de gasolina con 115 CV y, en caso de que se vayan a recorrer grandes cantidades de kilómetros anualmente, el diésel 1.3 CDTI de 95 CV.
Opel sigue manteniendo dos motores atmosféricos (sin turbo) a partir de un bloque de 1.400 centímetros cúbicos. Uno tiene 75 CV y el otro 90; no obstante, no son recomendables por prestaciones ni por consumos, pues son mucho más lentos que sus “hermanos” turboalimentados y obligan a pisar más el acelerador si se quiere mantener un ritmo ágil. Por su parte, el 1.4 Turbo y, especialmente, el 1.0 Turbo, ofrecen una estupenda relación entre prestaciones y consumo de combustible. El primero tiene 100 CV y homologa una media de 5,1l/100km, mientras que el 1.0 Turbo entrega 115 CV y su media consumo de gasolina está cifrado en 4,9l/100km. Como “guinda del pastel” tenemos el 1.6 Turbo OPC para aquellos que busquen sensaciones deportivas, con 207 CV y extremadamente rápido.
La oferta de motores diésel es mucho más reducida y se limita a un bloque CDTi de 1.3 litros con potencias de 75 y de 95 CV, siendo este último el más recomendable, ya que el de 75 CV puede sentirse falto de caballos en más de una ocasión. El consumo de ambos es ridículo y ninguna configuración homologa cifras superiores a los 3,8l/100km.