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Motores de tres y cuatro cilindros
Por el momento, la gama de motores del nuevo BMW Serie 1 se compone de dos mecánicas de gasolina y tres diésel. Todas van asociadas a un cambio manual de seis relaciones y tracción delantera, excepto las versiones más potente diésel y gasolina, que tienen el sistema de tracción total xDrive y cambio automático. Más adelante, se podrá añadir el cambio automático al resto de versiones.
En primer lugar, tenemos un motor de tres cilindros 1.5 turbo de la versión 118i, que entrega 140 caballos y 220 Nm de par, entre las 1.480 y 4.600 vueltas. Declara un consumo medio de 5,3 litros y 121 gr/km de emisiones de CO2. El siguiente es el más potente de todos, el M135i, con motor de cuatro cilindros turbo y 2.0 litros, que entrega 306 caballos y 450 Nm, entre 1.750 y 5.000 vueltas. Homologa un consumo mixto de 6,8 litros y 155 gr/km de CO2.
La gama diésel queda representada por el 116d, de tres cilindros, con 116 caballos y 270 Nm de par. Consume una media de 3,8 litros y 100 gr/km de CO2. Le sigue el 118d, de 2.0 litros y cuatro cilindros, con 150 caballos y 350 Nm. Anuncia un consumo medio de 4,1 litros y unas emisiones de CO2 de 108 gr/km. Por último, el más potente, el 120d xDrive, con tracción total, 190 caballos y 400 Nm de par. Declara un consumo mixto de 4,5 litros y 117 gr/km de CO2.
Con la renuncia a la tracción trasera, BMW cambia radicalmente de filosofía en el nuevo Serie 1. El compacto alemán ahora tiene tracción delantera, lo que lo acerca a sus principales rivales en cuanto a comportamiento, el Audi A3 y el Mercedes-Benz Clase A. Esto lo único que significa es que ya no se diferencia tanto de aquéllos, como antes.
El BMW Serie 1 2019 ha perdido ese punto de deportividad que le proporcionaba la propulsión trasera y que suponía un elemento diferenciador, además de un argumento de compra para algunos conductores. Sigue siendo un coche divertido de conducir, pero menos excitante. También es cierto que muy pocos serán los que noten realmente la diferencia, sobre todo, haciendo una conducción normal en el día a día. Solamente al practicar una conducción más deportiva en carreteras de montaña, se apreciará el cambio, sobre todo, al pisar a fondo en una salida de curva, donde el morro tiende a subvirar.
BMW ha intentado mitigar lo máximo posible el subviraje, mediante un control de tracción integrado en la centralita electrónica del motor, que reduce notablemente el tiempo de respuesta, ante la pérdida de adherencia, y un sistema de vectorización del par, que frena la rueda interior en las curvas. Esto, unido a unas suspensiones equilibradas, tirando a firmes, con un esquema multibrazo de serie en el eje posterior, hace del Serie 1 un coche muy estable en los pasos por curva, a la vez que cómodo para hacer largos viajes.