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Mecánica sencilla y fiable
El Mazda 2 sorprende por su comportamiento extraordinariamente ágil y dinámico, especialmente en carreteras de curvas. Ello es debido a su peso ligero, apenas alcanza los mil kilos, y a unas suspensiones que, lejos de ser blandas, como podría esperarse en un vehículo de estas características, resultan algo duras, lo que permite al pequeño japonés trazar las curvas con bastante firmeza y sin apenas sentir balanceos. La sensación de agilidad que transmite está apoyada en una dirección muy precisa, en un cambio de cinco relaciones bien escalonado y en un motor que empuja a partir de las 2.000 vueltas, aunque, por debajo de ese régimen de giro, se muestra algo perezoso y obliga al conductor a reducir de marcha. Pese a la firmeza en las suspensiones, el coche muestra un comportamiento muy noble, en general, y resulta muy cómodo en autovía y carreteras bien asfaltadas.
Los motores de gasolina de Mazda resultan bastante silenciosos, al tratarse de mecánicas sencillas de cuatro cilindros y atmosféricas. Eso se traduce en una enorme suavidad en la conducción y un gran confort en la marcha a velocidad de crucero, a diferencia de las soluciones tricilíndricas y turboalimentadas que emplean la mayoría de las marcas del segmento.
Otro de los apartados destacables del Mazda 2 son sus motores. Mientras la competencia ha optado por la tecnología Downsizing, que consiste en reducir los motores a bajas cilindradas, incluso a tres cilindros y aumentar la potencia mediante turbocomprasores, la marca japonesa se ha mantenido fiel a la tradición atmosférica para sus bloques de gasolina, lo cual se traduce en una mecánica más sencilla y a la vez fiable, con tres niveles de potencia, 75, 90 y 115 caballos. No hay disponible motores alimentados por gasóleo.
Encontramos un único motor de cuatro cilindros, 1-5 litros y atmosférico, perteneciente a la familia Skyactive de Mazda, con tres niveles de potencia: 75, 90 y 115 caballos. Los tres van asociados a una caja de cambios manual de cinco relaciones y en el caso del motor de 115 caballos, puede ser opcionalmente, automática de seis velocidades. Pese a ser motores de gran cilindrada, los consumos son realmente contenidos. En conducción real, el Mazda equipado con el motor de 90 caballos consume entre 5 y 6 litros a los 100 km y resulta muy difícil superar los 7 litros.