IVA incluido Servicio en concesionarios oficiales Impuesto de circulación incluido Garantía incluida a nivel nacional Incluye matriculación
Se mantiene sin cambios
Pese a que se trata de un todoterreno que es barato, no da esa sensación a la hora de conducir y probarlo en carretera sino todo lo contrario: el ASX da muy buenas sensaciones con una marcha cómoda y agradable, a la vez que es capaz de mantener un buen rendimiento en zonas reviradas. Se beneficia, entre otras cosas, de que tiene un peso bastante contenido, 1.380 kilogramos (en configuración de tracción delantera).
Por supuesto, tiene sus limitaciones: si se lleva demasiado al límite tiende a subvirar, lo habitual en un coche de estas características y la dirección no es tan precisa como en otros coches, si bien ha mejorado con respecto a los ASX anteriores. Es un coche sencillo después de todo, pero uno que dentro de lo que cabe hace muy bien lo que tiene que hacer.
Si se necesita un todoterreno para meterse por el campo o zonas deslizantes bastante a menudo, existe la opción de equipar la tracción a las cuatro ruedas, pero si su uso principal es sobre todo por ciudad el tracción delantera funciona bien y es cómodo de utilizar en el día a día. En definitiva, es un todoterreno sin pretensiones, que se conduce de manera sencilla. Y eso es bueno.
Los motores que monta la versión de 2017 son los mismos que ya tenía el ASX en su repertorio cuando llegó la versión de 2013. Sólo cuenta con un motor de gasolina y dos motores diesel, uno bueno para moverse por ciudades y dos que dan mejores resultados si se utilizan para viajes frecuentes por carreteras.
El motor de gasolina que tiene el ASX es un 1.6 atmosférico de cuatro cilindros y 115 caballos de potencia capaz de pasar de 0 a 100 en 11,5 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 183 kilómetros por hora. Su consumo medio homologado de 5,7 litros a los cien es bastante bueno para un todoterreno, siendo además bastante cómodo para llevarlo por zonas urbanas.
Por un lado está el 1.6 DI-D de cuatro cilindros y 112 caballos, el cual ofrece unas prestaciones muy similares al motor gasolina (0 a 100 en 11,2 segundos y velocidad máxima de 182 kilómetros por hora). Este motor puede llevar tanto tracción delantera como tracción a las cuatro ruedas. Por otro lado, el 2.0 DI-D cuenta con 150 caballos, un 0 a 100 en 10,8 segundos y tiene de serie tanto tracción a las cuatro ruedas como cambio automático de seis velocidades.