IVA incluido Servicio en concesionarios oficiales Impuesto de circulación incluido Garantía incluida a nivel nacional Incluye matriculación
Eléctrico refinado
La manera en la que han sido concebido el Mitsubishi y sus familiares galos incita a usarlo casi de manera exclusiva en terrenos urbanos por lo bien que se comporta – además, en ciudad es donde hay más probabilidad de utilizar mejor la energía eléctrica. Su aceleración es suave en cualquiera de los dos modos de conducción de los que dispone: está el modo normal y el modo Eco, que limita la potencia del motor para que las baterías tengan una autonomía mayor.
El motor envía la potencia a las ruedas traseras de manera instantánea con un par lineal, lo que hace que la respuesta sea más directa y que pueda llegar incluso a ser un coche divertido de conducir – claro que en términos de velocidad punta va a escasear, pero con 63 caballos eso no es ninguna sorpresa. Las baterías pesan unos 200 kilos, estando montadas donde en el i de gasolina estaba el depósito de combustible. Aún así, el balanceo de la carrocería está bien controlado.
Al tener el motor colocado detrás permite que el radio de giro sea mayor, algo que junto con una potencia modesta e instantánea y una carrocería estrecha, da lugar a un conjunto ideal para la ciudad. Los amortiguadores son blandos y la dirección es más precisa de lo que cabría esperar en un principio.
Mitsubishi tomó la decisión de sustituir el motor eléctrico del i (un coche ya desaparecido de las carreteras y que de hecho nunca tuvo mucho peso en las carreteras españolas) por el eléctrico del i-MiEV. Este motor es el único disponible, estando compartido con el Citroën C-Zero y el Peugeot iOn.
El i-MiEV está propulsado por un motor eléctrico de 63 caballos que está situado en el tren trasero, enviando la potencia a las ruedas traseras – al contrario que muchos coches al mercado, que mantienen la configuración de tracción delantera. Las cifras oficiales hablan de 130 kilómetros por hora de velocidad máxima y una aceleración de 0 a 100 en 15,9 segundos. Tiene una autonomía de 160 kilómetros, aunque esto varía de la manera en la que se conduzca.
Con un enchufe de carga convencional el i-Miev tarda unas 8 horas en recargarse por completo, mientras que con una carga rápida se carga en una media hora. Ahora bien, con el tiempo se irá desgastando y tras cinco años la batería puede quedarse en un 80% de su capacidad original, cantidad que disminuye hasta el 70% después de diez años de uso continuo, según estimaciones de la propia marca.