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Gran oferta mecánica
El Mercedes-Benz Clase E es una berlina al más puro estilo de la marca alemana. es decir, está pensada exclusivamente para proporcionar un nivel de confort muy elevado a los ocupantes en largos desplazamientos. Está configurado para que la conducción por autovías y carreteras rápidas sea un auténtico placer, como se espera en un coche de este nivel.
Las carreteras de montaña y zonas de mucho viraje no son las más adecuadas para la berlina grande de Mercedes-Benz. Es un coche bastante pesado, superando los 1.800 kilos, y eso se nota en algunas reacciones que, sin llegar a ser torpes, si nos recuerdan que no es un coche ni mucho menos deportivo.
Puede montar varios tipos de suspensiones. De serie viene con un esquema mecánico delante y uno neumático detrás. A partir de aquí, el cliente dispone de cuatro opciones más: Agility Control, Agility Confort, que proporciona más comodidad, Dynamic Body Control, más deportiva, con amortiguadores adaptativos y una altura rebajada en 15 milímetros, y por último, Air Body Control, una suspensión neumático con diferentes niveles de dureza.
Para experimentar una sensación realmente deportiva en el Mercedes-Benz Clase E, será necesario recurrir a las versiones AMG, con un tren de rodaje puramente deportivo, ya que el resto de versiones están más enfocadas al confort, incluso activando el modo de conducción Sport y Sport+ del sistema Dynamic Select.
El Mercedes-Benz Clase E pone a disposición del cliente una amplia oferta mecánica, con motores diésel, gasolina e, incluso, uno híbrido enchufable, con potencias comprendidas entre los 150 caballos del menos potente hasta los 612 de la versión AMG más prestacional. Todos los motores van asociados a un cambio automático de doble embrague y nueve relaciones y la tracción puede ser trasera o a las cuatro ruedas 4Matic, según versiones.
La gama de gasolina está compuesta por dos motores de 4 cilindros y 2.0 litros turboalimentados. El primero corresponde al Clase E 200 y entrega 184 caballos y 300 Nm de par a partir de las 3.000 vuelta. Acelera de 0 a 100 km/h en 7’7 segundos y declara un consumo medio de 5’9 litros. El segundo es el Clase E 300, con 245 caballos y 375 Nm de par entre 1.500 y 4.000 vueltas. Alcanza los 100 km/h en 6’2 segundos y consume una media de 6’3 litros.
Por otro lado, tenemos las versiones deportivas con el selo AMG. El Clase E 43 AMG monta un bloque V6 turbo 3.0 litros de 401 caballos y 520 Nm entre 2.500 y 5.000 revoluciones, acelera de 0 a 100 km/h en 4’6 segundos y declara 8’4 litros de consumo mixto. El Clase E 63 AMG equipa un motor V8 de 4.0 litros con 571 caballos y 750 Nm entre 2.250 y 5.000 vueltas. Hace el o a 100 km/h en solo 3’5 segundos y gasta de media 9’1 litros. Por último, el Clase E 63 AMG+ monta el mismo motor, pero con 612 caballos y 850 Nm de par. Mejora el registro de 0 a 100 km/h en 3 décimas, con 3’4 segundos, y la cifra de consumo medio se mantiene.
Las versiones diésel son el Clase E 200 d, con 150 caballos y 360 Nm entre las 1.400 y 2.800 vueltas. Acelera de 0 a 100 km/h en 8’4 segundos y obtiene un consumo mixto de 3’9 litros. Le sigue el Clase E 220 d, con 194 caballos 400 Nm de par entre 1.600 y 2.800 vueltas. Alcanza los 100 km/h en 7’3 segundos y consume de media 3’9 litros. A continuación, tenemos el Clase E 350 d, con un bloque V6 3.0 litros de 258 caballos y 620 Nm de par, entre 1.600 y 2.400 revoluciones. Acelera de 0 a 100 km/h en 5’9 segundos y homologa un consumo mixto de 5’5 litros.
La versión híbrida enchufable del Mercedes-Benz Clase E se llama E 350e y equipa un motor de gasolina, asociado a otro eléctrico con una potencia conjunta de 279 caballos. Tiene una autonomía de 30 kilómetros en modo completamente eléctrico. Acelera de 0 a 100 km/h en 6’2 segundos y declara un consumo medio de 2’1 litros.