Variedad para todos los gustos y necesidades
El BMW Serie 5 ofrece cuatro modos de conducción diferentes, Adaptive, Eco Pro, Confort y Sport, en función de cómo queramos llevar el Serie 5. Estos modos de conducción afectan a diferentes parámetros, como la respuesta del motor, el cambio, cuando es automático, a la suspensión, cuando es pilotada, que se ofrece de manera opcional, al sonido del propulsor, a la dirección y al aspecto del cuadro de instrumentos.
Antes de continuar, hay que explicar qué es eso de suspensión pilotada. Entre el amplio abanico de opciones, está disponible la suspensión EDC que permite calibrar la amortiguación, según las condiciones de la vía.
El primero de los modos de conducción, el Adaptive, como su propio nombre indica, se adapta a la forma de conducción de cada conductor. La Eco Pro está pensada para buscar el máximo ahorro de combustible posible y ofrece una mayor resistencia al pedal. En el modo Confort las suspensiones se ajustan para absorber cualquier irregularidad del terreno y ofrecer el mayor grado de comodidad a los ocupantes, ideal para hacer largos desplazamientos.
Por último, el modo Sport endurece las suspensiones y la dirección, el sonido del motor se vuelve más emocionante y la respuesta de ése es más contundente. Esta cuarta opción transforma el Serie 5 de una cómoda berlina de paseo en un coche con el carácter dinámico y deportivo que caracteriza a la firma germana.
No obstante, independientemente del modo de conducción que elijamos, el BMWSerie 5 presenta, en líneas generales, un comportamiento que tira a deportivo, gracias a un extraordinario chasis, fabricado en buena parte en aluminio, a la respuesta de los motores, al trabajo de las suspensiones y a una caja de cambios automática de 8 relaciones, en la que apenas se percibe el salto de una marcha a otra. Todo ello hace que la berlina de BMW tenga un carácter más dinámica que, por ejemplo, el Mercedes Clase E o el Audi A6.
Será difícil que un conductor no encuentre una opción mecánica acorde a sus necesidades. BMW dispone de tres motores de gasolina, de entre 252 y 462 caballos, y dos diésel, de 190 y 265 caballos de potencia. Aparte, la firma alemana ofrece una interesante opción híbrida y enchufable, denominada iPerformance, con 252 caballos y una autonomía de 45 kilómetros en modo eléctrico.
En este apartado, encontramos, en primer lugar, el 530i, que monta un bloque de 4 cilindros y 2 litros turbo de 252 caballos y un par máximo de 350 Nm, con un consumo mixto de 5’4 litros a los 100 km, homologado por la marca. En el siguiente escalón, está el 540i, un 6 cilindros en línea de 3 litros, turbo y 340 caballos y un par máximo de 450 Nm, con un consumo mixto homologado de 6’5 litros. Más adelante llegará el 550i, un potente V8 TwinPower Turbo y 462 caballos que hará de antesala al futuro M5.
En cuanto a mecánicas de gasóleo, el Serie 3 se conforma con dos opciones. En primer lugar, el 520d, con un motor de 2 litros turbodiésel y 4 cilindros con 190 caballos y un par de 400 Nm que homologa un consumo en ciclo combinado de 4’2 litros a los 100 km. En segundo lugar, tenemos el 530d, en este caso, un propulsor de 6 cilindros en línea de 3 litros y 265 caballos con un extraordinario par de 620 Nm y un consumo oficial de 4’5 litros. Aparte, existe una versión más eficiente para el 520d, llamada Efficient Dynamics, con algunos ajustes en la aerodinámica y otros aspectos mecánicos del coche para conseguir consumos más bajos. BMW homologa en esta modalidad un consumo medio de 3’9 litros.
La marca teutona ofrece una mecánica híbrida que, además, es enchufable. Se trata del 530e iPerformance.mnta un motor de gasolina y otro eléctrico que, juntos, entregan una motencia de 252 caballos y un par de 420 Nm. Es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 6’2 segundos y podrá recorrer hasta 45 kilómetros de forma eléctrica.
El par del motor puede ir transmitido al eje posterior o también a las cuatro ruedas, mediante la tracción xDrive, según versiones.