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Un habitáculo de lujo
El interior tiene todo lo que cabría esperar de un Maserati con un acabado elegante de punta a punta a la vez que mantiene la deportividad de la marca y de este modelo en concreto. Al lado izquierdo del volante aparecen los mandos de la iluminación, presentados de un modo bastante atractivo, mientras que el cuadro de mandos cuenta con un velocímetro y un cuentarrevoluciones separados a cada lado del cuadro. El volante tiene unas levas detrás, aunque este coche también tiene palanca de cambios.
El elemento principal de la consola central es la pantalla de 8,4 pulgadas con la que se accede al sistema de infoentretenimiento y multimedia – aunque el sistema no resulta tan práctico como el de otras marcas como BMW, Mercedes o Audi, también marcas Premium. Buena parte del interior utiliza cuero de Alcántara, dándole un toque de elegancia superior al conjunto. También resulta atractivo el diseño del salpicadero, con el logo de GranCabrio situado donde la guantera.
Una ventaja de ser uno de los deportivos descapotables más largos de todo el mercado es que cuenta con bastante espacio para las piernas – es uno de los más espaciosos de todos, superando incluso a otro buque insignia como es el Bentley Continental GTC. Ahora bien, el diseño también tiene una pega: los asientos traseros están levantados y, cuando la capota está plegada, el flujo de aire puede resultar molesto, sobre todo si detrás va una persona alta.
Al tener que incorporar la capota plegada, el espacio del maletero con respecto al GranTurismo se ha visto reducido de 260 a 173 litros cúbicos (hay deportivos que tienen aún menos espacio, pero son más pequeños y en general están centrados en las altas prestaciones). Tampoco ayuda el hecho de que el espacio disponible está diseñado de una manera algo extraña, no pudiéndose aprovechar con facilidad.