Sin excesos ni fisuras
El habitáculo del Venga se caracteriza por la utilización de materiales sencillos pero que a su vez transmiten una cierta cantidad en un coche cuyo objetivo no es presumir por tener un salpicadero lleno de detalles. Si te posicionas como un monovolumen económico, hay sitios en los que no se puede rizar tanto el rizo como a uno le gustaría. El Venga tiene detalles interesantes como su volante regulable en altura y en profundidad, así como el cinturón del conductor. Por otro lado, la última versión mejora con su sistema de infoentretenimiento gracias a una generosa pantalla en la que la navegación no es tan sencilla como en otros vehículos de su clase, pero supera con margen los cauces de la suficiencia.
Las plazas traseras del Kia Venga son realmente espaciosas en lo que a espacio para las piernas y cabeza se refiere. Los asientos pueden moverse en disposición dos tercios, es decir, por un lado una de las plazas laterales junto a la central, y por otro, el asiento lateral restante. De este modo el fabricante surcoreano juega realmente bien la partida de la funcionalidad y la modularidad de sus ocupantes. Hay espacio en los laterales de las puertas para guardar pequeñas botellas de agua y otros objetos en la parte trasera de los asientos delanteros, así como un pequeño compartimento en el centro. Si buscas la máxima comodidad, mejor cuatro personas que cinco.
El Kia Venga es el monovolumen de su clase con más espacio en el maletero, aunque comparte este estatus con su hermano de plataforma, el Hyundai ix20. Con 440 litros aventaja claramente en esta materia a sus teóricos rivales como es el caso del Ford B-Max, el Citroën C3 Picasso y superando también a otros vehículos de mayor longitud como el Peugeot 2008 y el nuevo Hyundai Kona. No cabe duda que en este aspecto de la funcionalidad, el Venga es uno de los monovolúmenes más a tener en cuenta de su segmento.