IVA incluido Servicio en concesionarios oficiales Impuesto de circulación incluido Garantía incluida a nivel nacional Incluye matriculación
Mecánicas diésel y gasolina
Al volante del Dacia Logan, se percibe una sensación suave y agradable en términos generales, sobre todo, cuando circulamos por entornos urbanos, donde la respuesta del motor es eficaz y silenciosa. El elevado puesto de conducción, casi como en un crossover, permite un bien control visual de la carretera, gracias también a una abundante superficie acristalada. En cambio, la conducción urbana queda un poco penalizada por la dirección, que obliga a girar demasiado el volante y complica las maniobras de aparcamiento o la entrada en calles estrechas.
Las suspensiones son blandas y acentúan la comodidad a bordo pero, si salimos fuera de la ciudad para circular por autovías o carreteras con muchas curvas, el coche tiende a balancear demasiado y el grado de confort se reduce. El aislamiento acústico tampoco está muy logrado y se siente demasiado la resistencia al viento, especialmente, en los laterales. El cambio manual de cinco velocidades tiene recorridos largos, algo que viene bien para conseguir consumos reducidos.
Estrena un nuevo motor tricilíndrico de 75 caballos que responde muy bien en ciudad pero se muestra muy lento en autovías y carreteras de doble sentido, en las que efectuar un adelantamiento, resulta difícil. Mantiene la mecánica diésel de 75 caballos que sorprende por unas recuperaciones muy buenas de 80 a 120 km/h. La entrega de par empieza a partir de las 1.500 vueltas y eso lo hace también un coche relativamente ágil en trayectos urbanos. Por último, la mecánica diésel de 90 caballos permite viajar con el Logan a cualquier parte sin excesos en las prestaciones pero con potencia suficiente para que el coche no se venga abajo cuando tenga que afrontar pendientes en autovía.
Dacia forma parte de la alianza que mantienen Renault y Nissan, eso quiere decir que se nutre de la gama de motores presentes en la casa francesa y que ofrecen un gran compromiso entre fiabilidad y respuesta. La gama se compone de dos motores de gasolina, de 75 y 90 caballos, y otros dos diésel con la misma potencia. También cuenta con una opción de gasolina que puede igualmente funcionar con gas licuado del petróleo.
El primero es un bloque 1.0 SCe atmosférico y de 3 cilindros que desarrolla 75 caballos. Ofrece unas prestaciones humildes, con un 0 a 100 km/h en 14’2 segundos, pero su consumo medio es de 5’2 litros a los 100 km. En segundo lugar, el 0.9 TCe turboalimentado y también con 3 cilindros que entrega 90 caballos. Aparte, hay una variante del TCe de 90 caballos que puede funcionar también con gas licuado del petróleo que ofrece unos consumos más bajos, homologando de media 3’5 litros.
La oferta de gasóleo la compone un motor de 1.5 litros DCI con 75 y 90 caballos. En el primer caso, acelera de 0 a 100 km/h en 14’6 segundos y declara un consumo de 3’5 litros. La variante más potente mejora las prestaciones con 11’8 segundos para alcanzar los 100 km/h, mientras el consumo no varía, con respecto al de 75 caballos.