IVA incluido Servicio en concesionarios oficiales Impuesto de circulación incluido Garantía incluida a nivel nacional Incluye matriculación
Muchas opciones donde elegir
La conducción es quizá el punto fuerte de este BMW Serie 4 Coupe. La marca alemana ha reforzado las suspensiones, con respecto al modelo anterior, para añadirle un toque de rigidez, de manera que el coche muestre un comportamiento más firme, especialmente en las curvas. Ese comportamiento se acentúa gracias al ancho de vías y al bajo centro de gravedad, ofreciendo una sensación de aplomo y estabilidad que permite trazar las curvas con gran firmeza, sin experimentar apenas balanceos de la carrocería.
Por otro lado, la tracción trasera permite jugar con la zaga para que redondee mejor las curvas. Esto hace que el mejor hábitat para el Serie 4 sean las carreras de montaña, en las que, además, será posible jugar con el excelente cambio automático Seteptronic de ocho relaciones, perfectamente escalonadas.
BMW se caracteriza por su deportividad en la conducción y el BMW Serie 4 es una prueba de ello. No obstante, a pesar de contar con unas suspensiones algo más rígidas, la comodidad a bordo no ha disminuido, más bien todo lo contrario. Además, los diferentes modos de conducción que podemos elegir, desde el Eco Pro, más “tranquilo”, para hacer una conducción moderada y ahorrar combustible, hasta el más extremo Sport+, que desconecta los dispositivos electrónicos de control, permiten que el Serie 4 pueda ser conducido en todo tipo de circunstancias y por personas con o sin mucha experiencia al volante.
Pese a que BMW ha eliminado la versión 425d, la gama de motores es muy amplia y permite que cualquier conductor encuentre su nivel de potencia ideal. Hay tres motores de gasolina, cuyas potencias oscilan entre los 184 y los 326 caballos, y otras tres mecánicas movidas por gasóleo que hará las delicias de los más ruteros, con potencias entre 190 y 313 caballos.
La gama de gasolina está compuesta por el 420i, con un motor de 4 cilindros, turbo y 2 litros que entrega 184 caballos. Luego encontramos el 430i, también de 4 cilindros, turbo y 2 litros que aumenta la potencia hasta los 252 caballos. Finalmente, el 440i, el último motor que llegó a la familia BMW el año pasado, un 6 cilindros en línea, turboalimentado, de 3 litros y nada menos que 326 caballos. La marca declara unos consumos mixtos de 5’5 litros para el 420i, 5’5 para el 430i y 6’6 litros a los 100 km para el 440i con el cambio automático de ocho relaciones
En cuento a los motores diésel, la oferta no es menor. Arranca con el 420d, de 2 litros y 190 caballos. Le sigue el 430d, un bloque con 6 cilindros en línea y 3 litros que desarrolla 258 caballos. Por último, el 435d, que eleva la potencia hasta los 313 caballos. La marca declara unos consumos mixtos de 4 litros para el 420d, 5’2 litros para el 430d y 5’4 litros para el 435d, los tres equipados con el cambio automático.
Todos los motores van asociados a una caja de cambios manual de seis relaciones o bien automática Seteptronic de ocho velocidades, salvo en el 440i, el 430d y el 435d, que monta de serie el cambio automático. La tracción puede ser al eje trasero o total xDrive, excepto en la versión de acceso 420i, que siempre es a las ruedas posteriores.