Motor BMW i8

Una mecánica híbrida y potente

En Carnovo:
  • IVA incluido
  • Servicio en concesionarios oficiales
  • Impuesto de circulación incluido
  • Garantía incluida a nivel nacional
  • Incluye matriculación

Opinión de BMW i8

El BMW i8 ofrece una experiencia de conducción que, difícilmente, puede ser igualable. Su mecánica es compleja pero supone una auténtica obra de arte en cuanto a sofisticación tecnológica. Dispone de un motor de gasolina de 3 cilindros y 1.5 litros, al que se suman dos motores eléctricos y dos baterías de iones de litios. Este sistema de propulsión se puede combinar de varias maneras. El motor eléctrico principal permite recargar las baterías, activar el motor térmico y combinar éste con el segundo motor eléctrico, situado en el eje delantero. Cuando el coche funciona en modo 100% eléctrico, es un tracción delantera. En cambio, el motor de gasolina empuja las ruedas traseras, por lo que, cuando trabajan conjuntamente el motor de combustión y el eléctrico, la tracción es a las cuatro ruedas, casi como el sistema xDrive de BMW, aunque realmente no hay conexión entre el eje trasero y el delantero.

Existen tres modos de conducción, además del modo eléctrico, cuya autonomía es de 37 kilómetros, que se pueden seleccionar desde el mando ubicado en la consola central. Estos modos, Eco Pro, Confort y Sport, además de modificar el comportamiento del coche, cambia también la decoración de la instrumentación. El modo Eco Pro busca principalmente obtener el mejor consumo posible y da prioridad al motor eléctrico. El modo Confort aumenta las prestaciones pero en equilibrio con los consumos. El Sport endurece las suspensiones y la dirección, además de modificar la respuesta del motor y del cambio para ofrecer una conducción absolutamente deportiva.

Esa conducción deportiva resulta realmente gratificante en carreteras viradas. Eso se debe a la conjunción de varios factores. Por un lado, el chasis está fabricado en aluminio mientras que la carrocería es de fibra de carbono reforzado con plástico, lo que hace que el coche tenga un peso muy contenido, de menos de 1.500 kilos. Por otra parte, el bajo centro de gravedad lo dota de una gran agilidad en los pasos por curva y la respuesta del motor en el modo Sport, unido al cambio automático de seis relaciones con levas en el volante, hacen que nos olvidemos de que estamos en un híbrido. Además, a pesar de los 3 cilindros que alimentan el motor, el sonido que emite es bastante embriagador, muy lejos de los bloques de 3 cilindros convencionales, aunque no luce un refinamiento tan logrado como otros súper deportivos.

Como es lógico, cuando circulamos en modo eléctrico, el coche destaca por un silencio de marcha absoluto. En autovía, el confort es máximo, gracias a las cómodas suspensiones y el i8 se convierte en un perfecto deportivo para cubrir largas travesías, combinando motor de combustión y eléctrico. En ciudad, la conducción no es tan cómoda, debido a la visibilidad algo reducida, especialmente en los laterales y prácticamente nula atrás, lo que complica las maniobras de salida de intercepciones y garajes o de aparcamiento. No obstante, para esto cuenta con un sistema de cámaras que ofrecen una vista posterior y periférica que facilitan mucho las operaciones.

El BMW i8 monta un sistema de propulsión muy sofisticado que consiste en un motor de gasolina de 3 cilindros bi-turbo que rinde 270 caballos, combinado con dos motores eléctricos, más dos baterías de litio. En su conjunto, desarrolla 362 caballos, con una autonomía en modo eléctrico de 37 kilómetros, sin gastar una sola gota de gasolina. Ofrece una velocidad máxima limitada a 250 km/h, una aceleración de 0 a 100 km/h en 4’4 segundos y un consumo medio homologado de 2’1 litros.