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Rendimiento extraordinario
La gama de motores del BMW X6 2020 está conformada por dos opciones de gasolina y otras dos diésel, con hasta 530 caballos. Todas las versiones van asociadas al cambio automático Steptronic de ocho relaciones, de tipo convertidor de par. La tracción es total en todos los casos. Más adelante la oferta se completará con una variante híbrida enchufable.
La gama de gasolina queda representada por el xDrive 40i, con motor de seis cilindros en línea y 3.0 litros, que entrega 340 caballos y 450 Nm de par. Anuncia un consumo medio de 9,9 litros y 225 gr/km de emisiones de CO2. Le sigue el más potente, M50i, con motor V8 4.4 de 530 caballos y 750 Nm. Declara un consumo medio de 12,1 litros y unas emisiones de 274 gr/km.
La oferta diésel la componen el xDrive 30d, de seis cilindros en línea y 3.0 litros, con 265 caballos y 620 Nm de par. Homologa un consumo mixto de 7,5 litros y unas emisiones de 196 gr/km. Por último, el M50d, con el mismo bloque de seis cilindros en línea y 3.0 litros con cuatro turbos, que genera 400 caballos y 760 Nm de par. Declara un consumo medio de 8,3 litros y unas emisiones de 217 gr/km.
Dependiendo de la configuración del chasis y del tipo de suspensión, el BMW X6 puede ser más o menos cómodo. Con el acabado M Sport, incluye unas suspensiones de sureza variable y, opcionalmente, se pueden instalar otras neumáticas que permite elevar la altura libre al suelo en 8 centímetros. Pero, en líneas generales, el coche es capaz de ser cómodo en situaciones normales, con un buen filtrado de las suspensiones, y a la vez ser muy deportivo.
Activando los modos Sport y Sport Plus, el X6 no parece ser un SUV, sino un deportivo bastante ágil. La dirección, aunque es eléctrica, ofrece un guiado muy preciso y transmite relativamente lo que ocurre debajo de las ruedas. Es un coche con el que se puede ir muy rápido, ya que todos los motores tienen potencia de sobra para ello, va muy aplomado y los pasos por curva son propios de un vehículo menos pesado.
Como es habitual en BMW, el cambio automático es una delicia. Su funcionamiento es intachable y no admite ningún pero. En los modos Sport y Sport Plus, al seleccionar el cambio manual, permite apurar las marcha hasta el corte de inyección y no cambia automáticamente.