El BMW Serie 4 no es un coche cualquiera con el que trasladarse de un punto A, a un punto B, aunque se le pueda dar esa función. Tampoco es un coche con el que cubrir grandes rutas por autovías o carreteras, aunque, lógicamente, pueda cumplir también con esa faceta. Tampoco está concebido para circular por ciudad, aunque, evidentemente, puede hacerlo sin problemas.
El BMW Serie 4 Coupe ha sido creado para disfrutar de la conducción en el más amplio sentido de la palabra y ello lo demuestran las suspensiones con un tarado más rígido, el gran aplomo que transmite y la firmeza en los pasos por curvas. Esto hace que el mejor hábitat del Serie 4 sean las carreteras de montañas, repletas de curvas, en donde los conductores podrán sacar el máximo partido a las prestaciones y dinámica que ofrece este bonito coupé alemán.