IVA incluido Servicio en concesionarios oficiales Impuesto de circulación incluido Garantía incluida a nivel nacional Incluye matriculación
Hasta siete motorizaciones
El Mercedes-Benz GLC Coupe es un SUV cupé y deportivo, pero ninguno de estos dos adjetivos se puede extrapolar a la conducción. Es un todocamino que tiende a priorizar un comportamiento confortable por encima de sensaciones deportivas, por lo que es un vehículo ideal para el que le guste la estética cupé y deportiva, pero nada más.
El todocamino cupé tiene un rodar extraordinario en autovías y carreteras rápidas, casi al nivel de una berlina. Podríamos pensar que estamos en un Clase C, si no fuera por el puesto de conducción elevado. En carreteras de montañas acusa su peso y las suspensiones con un tarado tirando a blando filtran muy bien, pero no impide que se perciban balanceos, especialmente en los cambios de apoyo, aunque solo se perciben llevando al GLC Coupe al límite. No es un SUV con el que practicar una conducción deportiva, pero resulta gratificante en la mayoría de circunstancias.
Ni qué decir tiene que este SUV cupé no es un coche apropiado para circular fuera del asfalto por varios motivos. El primero es que tiene una altura al suelo limitada, de 17 centímetros. No obstante, sigue siendo más alto que un turismo y, unido a la tracción total, puede circular con más seguridad por zonas escarpadas y caminos en buen estado. Pero carece de elementos como un control de descensos y programas de conducción específicos que sí tiene el Mercedes-Benz GLC. Por lo que es un vehículo para uso exclusivo en asfalto.
El SUV coupé de Mercedes ofrece una amplia gama de motores para satisfacer todas las necesidades de potencias de cualquier conductor. Hay cuatro opciones de gasolina y tres de gasóleo, todas asociadas a un cambio automático 9G-Tronic de nueve relaciones y tracción a las cuatro ruedas 4Matic.
Las versiones de gasolina comienzan con el GLC Coupe 250, con un motor de 4 cilindros turbo que genera 211 caballos y 350 Nm entre 1.200 y 4.000 rpm. Acelera de 0 a 100 km/h en 7’3 segundos y declara un consumo medio de combustible de 6’9 litros.
El resto de motores de gasolina corresponden a versiones AMG. Por un lado, hay un V6 turbo para el GLC Coupe 43 AMG, con 367 caballos y 520 Nm de par entre las 2.500 y 4.500 vueltas. Acelera de 0 a 100 km/h en 4’9 segundos y gasta una media oficial de 8’4 litros.
Por otro lado, hay un bloque V8 Biturbo para las versiones 63 AMG y 63 AMG+. El primero rinde 476 caballos y tiene un par de 650 Nm entre 1.750 y 4.500 rpm, acelera de 0 a 100 km/h en 4 segundos y homologa 10’3 litros de consumo mixto. El segundo entrega 510 caballos y una escalofriante cifra de par de 700 Nm entre las 1.750 y 4.500 vueltas. Alcanza los 100 km/h en 3’8 y declara un consumo medio de 10’7 litros.
La oferta de gasóleo la componen dos motores de 4 cilindros y 2.0 litros y uno de 6 cilindros dispuestos en Uve y 3.0 litros. El primero es el GLC Coupe 220 d, con 170 caballos y 400 Nm de par entre las 1.400 y 2.800 vueltas. Acelera de 0 a 100 km/h en 8’3 segundos y consume una media de 5 litros. Le sigue el GLC Coupe 250 d, con 204 caballos y 500 Nm de par entre 1.600 y 2.800 rpm. Alcanza los 100 km/h en 7’6 segundos y homologa 5 litros de consumo medio.
La tercera opción es un motor V6 3.0 litros para el GLC Coupe 350 d, que rinde 258 caballos y 620 Nm de par entre las 1.600 y 2.400 vueltas. Alcanza los 100 km/h en 6’2 segundos y consume una media oficial de 6 litros.