Motor Ford Edge

Un único bloque diésel

En Carnovo:
  • IVA incluido
  • Servicio en concesionarios oficiales
  • Impuesto de circulación incluido
  • Garantía incluida a nivel nacional
  • Incluye matriculación

Opinión de Ford Edge

Refinamiento y equilibrio son dos buenas palabras para definir la conducción del Ford Edge. Es un coche fantástico para hacer varias idas y venidas, además de ser un compañero de viaje perfecto para largos desplazamientos. La respuesta de la dirección es directa pero a la vez intuitiva. Sale bien desde bajo régimen y recupera sin problemas cuando estás en la parte media del cuentavueltas. Puede alcanzar los 210 kilómetros por hora de punta con el motor de 210 CV y unos 200 con el de 180 CV.

Con el objetivo de intensificar todavía más su cualidad de coche viajero, el Edge cuenta con unos micrófonos en su interior que recogen el ruido del exterior y emplean unas ondas de sonido que hacen el efecto contrario sobre ellas. ¿El resultado? Un coche que no suena absolutamente nada y que resulta muy cómodo tanto para el conductor como para sus acompañantes.

Por otro lado, cuando te pones al volante del Edge con el motor de 210 CV se nota mucho el buen trabajo de la caja de cambios automática Powershift, sobre todo cuando subes marchas. A la hora de frenar o reducir la intensidad de la conducción sufre un poco, pero con sus grandes dimensiones tampoco puedes esperar las sensaciones que a lo mejor te transmiten los Q5 y X5. En este sentido también juega mucho la propia mentalidad de los conductores europeos, que siempre han sido más 'románticos' que los americanos y exigen más al corazón del vehículo.

La juventud del Ford Edge en Europa se deja ver por su corta gama de motores. Este crossover solamente dispone de una única motorización de gasóleo pero que resulta suficiente para el tipo de coche que es. Es de esperar que en las próximas generaciones del Edge la variedad de motores sea más amplia y ofrezca más posibilidades en este sentido.

Motores diésel del Ford Edge

El Ford Edge cuenta con un motor diésel, el 2.0 TDCi, con 180 y 210 CV de potencia. En ambos casos el consumo de combustible para dichos motores se sitúa en torno a los 6 litros cada 100 kilómetros. En el caso del propulsor de 210 CV, este incorpora una transmisión automática de seis velocidades denominada Powershift y que puede accionarse a través de levas instaladas en el volante.

Por otro lado, las dos opciones de motorización para el Ford Edge vienen con un sistema de tracción integral que, a través de los datos recogidos por 25 sensores, ajusta el envío de par motor a las cuatro ruedas, según el agarre y la superficie de la carretera. Un elemento tecnológico de gran valor con el que Ford busca intensificar el carácter premium de su SUV tope de gama.