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La misma calidad que un mueble de diseño
Como suele ser ya habitual en los Mercedes-Benz, el cuidado en los materiales del interior ha sido máximo tanto en este Clase GLC como en casi todos los modelos, con materiales tanto en el salpicadero como en los asientos que parecen sacados de un catálogo de muebles de interior. El estilo es más bien sobrio tanto en el GLC normal como en el coupé, pero nunca deja de lado la elegancia que ha caracterizado a la marca alemana durante tantos años.
A nivel de infoentretenimiento y multimedia presenta un aspecto bastante similar al de otros modelos, destacándose – nunca mejor dicho – una pantalla táctil del estilo de una tablet situada de manera sobresaliente por encima del salpicadero, por encima de la consola central. No obstante, en lo que destaca este Clase GLC es en equipamiento de seguridad activa.
Tanto en las plazas delanteras como en la fila de asientos trasera se puede respirar con tranquilidad gracias a la cantidad de espacio disponible, sobre todo en el GLC normal. El GLC Coupé tiene algo menos de espacio para las cabezas de los ocupantes traseros dado que el techo baja mucho antes para dar lugar a su característica forma, pero aún así no es un coche que resulte muy incómodo para los que viajan en la fila trasera.
El GLC normal cuenta con 550 litros cúbicos de espacio en el maletero mientras que el GLC Coupé se queda con 500 litros – los mismos que el BMW X4, que también cuenta con una forma de carrocería similar de estilo deportivo. Los 550 litros del GLC normal son los mismos con los que cuentan rivales como el BMW X3, el Audi Q5 o el Mitsubishi Outlander, además de superar a otro todoterreno Premium como es el Alfa Romeo Stelvio (525 litros).