Un SUV hecho al estilo ‘Premium’
El Mercedes-Benz Clase GLC es el segundo crossover de la marca de las flechas plateadas que se puede encontrar en su red de concesionarios en nuestro país, así como en el resto del mundo. Por tamaño y por gama se coloca entre el GLA y el GLE, así como por debajo del GLS. En el mercado de coches nuevos el Clase GLC se enfrenta a rivales como el Nissan X-Trail, los BMW X3 y X4, el Audi Q5, el Infiniti QX50, el Lexus NX o el Peugeot 5008, entre otros.
El Clase GLC no es otra cosa que la reconversión del anterior Mercedes GLK que estuvo en activo dentro del mercado entre 2008 y 2016, pero el GLK era más un todoterreno compacto mientras que el GLC es más un crossover – los dos comparten el hecho de que están pensados para el segmento Premium, como es habitual en casi todos los modelos de Mercedes-Benz. El GLC toma la base del Clase C, de la misma manera que el GLA lo hace del Clase A o el GLE del Clase E.
A nivel de estética exterior, el GLC toma la estética que siguen todos los coches que vende en estos momentos la casa germana, con una parrilla grande donde se destaca el logo plateado flanqueada por dos faros grandes con bordes redondeados – contrastando con los vértices agresivos que muestran buena parte de sus competidores en la actualidad. La parrilla está en una posición más vertical que en otros modelos debido a que la silueta es más propia de un todoterreno.
De hecho, en cuestión de formas se aleja mucho más del terreno de los turismos en comparación con el crossover anterior de Mercedes-Benz, el Clase GLA. Por la parte trasera los faros son horizontales y más afilados – eso sí, hay que tener en cuenta que existe tanto una carrocería SUV como una carrocería coupé, con una forma más redondeada tanto en el frontal como desde el pilar B hasta el eje trasero.