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La nueva bestia de Stuttgart
Cada cierto tiempo, de las instalaciones de Mercedes-Benz salen superdeportivos que poco o nada tienen que envidiar a bestias legendarias del mundo de la automoción, sirviéndose de los avances de la tecnología para dar prestaciones sin igual. Este es el caso del Mercedes-Benz AMG GT, el superdeportivo alemán que compite contra otros bólidos como son el Porsche 911 Turbo, el Ferrari 488 GTB, el Aston Martin DB11, el Nissan GT-R, el Ford Mustang o el Chevrolet Camaro, entre otros.
El AMG GT continúa el legado de otros muchos modelos deportivos o de alta gama de la marca de las flechas de plata como el Mercedes-Benz SLS AMG o el anterior SLR McLaren realizado en conjunto con la famosa marca británica (y también equipo de Fórmula 1, de donde se forjó una alianza de casi veinte años). Mercedes-Benz tiene ya un amplio historial en este tipo de vehículos, remontándose al exitoso 300SL de 1955 que pasó a la historia tanto por su velocidad como por sus alas de gaviota.
A nivel estético el AMG GT cuenta con las líneas parecidas a las de otros Mercedes-Benz, pero esculpidas en una carrocería más musculosa con rasgos de fastback. No sólo destaca su silueta alargada y más bien sencilla con respecto a otros modelos, sino que también tiene un gran capó en el que se aloja un motor V8 turboalimentado. Por delante destaca su parrilla con el logo de la marca en plateado, mientras que detrás cuenta con unos faros delgados y estilizados.
Como también ocurrió con varios de sus predecesores, el AMG GT cuenta con su versión de carreras, el AMG GT GT3, además de tener versiones de mayor potencia: el GT S y el más radical todavía GT R. El GT S se utiliza en la Fórmula 1 como coche de seguridad desde la temporada 2015.