Tres niveles, a cada cual más bestia
El AMG GT es uno de los pocos coches de Mercedes-Benz que no cuenta aún con su valoración Euro NCAP, pero casi todos los coches de su red de concesionarios cuentan con 5 estrellas dada la gran cantidad de elementos de seguridad activa disponibles – aunque muchos de ellos son opcionales. La seguridad es aún más importante en un coche de estas características puesto que es ‘algo probable’ que se lleve a más velocidad que un Clase A o un Clase B, por ejemplo.
Entre los diferentes paquetes de equipamiento disponibles que atañen a la seguridad en el GT está el paquete de control de carril, que incorpora control de ángulo muerto y detector de cambio de carril. Además tiene un paquete antirrobo que hace saltar una alarma cuando se detecta un movimiento no autorizado dentro del coche o se mueve de manera indebida.
Cuando hace falta, el ABS es capaz de evitar hasta una bloqueada de frenos fuerte para que no se pierda el control del coche. Del mismo, modo, el control de tracción mantiene bien firme las ruedas traseras para que, sea el GT, el GT S o el GT R, esté en el control del piloto. Eso sí, pese a todas las ayudas de seguridad con las que cuenta no es el coche más fácil de conducir.
Por encima del GT quedan varias versiones que bien podrían catalogarse de manera independiente, aunque lo cierto es que provienen de la misma base y Mercedes-Benz los ofrece dentro del mismo grupo. Además del GT S y del GT R, entre ellos ha aparecido una nueva versión, el GT C Edition 50.
La potencia del motor V8 se eleva desde 476 a los 522 caballos, además de una serie de cambios que hacen que el coche sea más dinámico: entre ellos están los amortiguadores adaptativos y el diferencial electrónico. Se espera que este sea la versión que más ventas consiga de todas.
Esta versión se sitúa en términos de potencia entre el GT S y el GT R con sus 557 caballos. Es importante tener en cuenta que tanto el GT como el GT C son los únicos que se pueden adquirir en carrocería descapotable en lugar del coupé normal. Sus cifras son en realidad bastante similares a las del GT R, tanto en potencia como en consumo, emisiones y precio, rozando los 200.000 euros.
El tope de gama, el temible GT R con sus 585 caballos y su exclusiva pintura verde en honor al ‘Infierno Verde’ (el mítico circuito Nürburgring Nordschleife). Su alerón trasero y su kit de carrocería, más agresivo que el de las otras versiones, hacen que se vean venir de lejos sus intenciones de dominar la carretera. Algunas de las bondades con las que cuenta es el paquete AMG track, con sistema de protección antivuelco y cinturón de seguridad de cuatro puntos, entre otros elementos.