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Dos opciones, dos V6
Maserati ha seguido un camino que ya tomaron otros en su momento a la hora de hacer un SUV que tenga un buen feeling a la hora de conducirlo, como también han hecho coches como el BMW X5 M o el Jaguar F-Pace. Esto se refleja no sólo en la dureza de la suspensión, sino también en la propia posición de conducción (elevada y con buena visibilidad a la vez que da una sensación de estar cerca del suelo) y en el centro de gravedad, similar al X5 M o al Porsche Cayenne Turbo.
De serie monta una suspensión neumática, que puede bajarse para reducir el coeficiente aerodinámico y poder ir más rápido o bien elevarse para terrenos más duros o compensar la carga que se pueda llevar en su interior. En curvas tiene un comportamiento bastante correcto, pues aunque se nota que es un coche que pesa más de 2.200 kilogramos en vacío llega a defenderse.
La dirección también es precisa y no resulta más ligera de la cuenta mientras que el chasis hace muy bien su trabajo, resistiendo tanto el balanceo de la carrocería como el subviraje – su nivel de agarre es bastante decente. Pese a todo, es un coche que logra dar una sensación de confort antes que una sensación deportiva.
Las opciones de motorización para el Levante son muy similares – por no decir las mismas – que ofrece el Maserati más pequeño de la gama, el Ghibli. El motor más modesto es un V6 turbodiesel (el primer motor diesel que ha montado Maserati en toda su historia) mientras que el otro propulsor disponible es el V6 biturbo de gasolina, siendo el más potente de los dos.
El motor gasolina V6 biturbo, un 3.0 que puede tener 350 caballos en la versión normal y 430 en la versión S Q4, no solo es el más potente sino el que mejor suena de los dos – cuando el coche se coloca en modo Sport la salida de escape se modifica para que el sonido sea aún más armónico. En esta versión más potentes sus prestaciones son bastantes potentes para un SUV: pasa de 0 a 100 en 5,2 segundos y alcanza una velocidad máxima de 264 kilómetros por hora.
La alternativa a gasoil para el Levante también es un V6 y también monta una caja de cambios automática de 8 velocidades – tiene dos niveles de potencia, con 250 y 275 caballos. En esta versión más potente cuenta con un par máximo de 600 Nm que se desata entre las 2.000 y las 2.600 revoluciones por minuto.