La marca del tridente se atreve con los SUV
El Maserati Levante supone todo un atrevimiento y una novedad ya que es el primer todoterreno (o primer SUV, tal como se quiera considerar) que fabrica Maserati en toda su dilatada historia en el automovilismo. El Levante supone una nueva apuesta en el segmento de los SUV y, más en concreto, en el de vehículos Premium o de lujo. Este coche compite en el mercado con el Bentley Bentayga, el Audi Q7, el Mercedes-Benz Clase GLS, el Porsche Macan o el Jaguar F-Pace entre otros.
Si hay algo con lo que se distingue a un Maserati del resto de coches del mercado es en tener una parrilla grande – muy grande, algo más propio de coches de hace cincuenta años – con un gran tridente plateado, el logo distintivo de la casa italiana. Los faros son delgados y llamativos, incluso a un extremo aún mayor que el de los otros modelos de la gama de Maserati, tomando un camino algo diferente al del GranTurismo y GranCabrio (el Ghibli también tiene unos faros afilados).
Su silueta es similar a la de otros SUV del mercado, aunque en el lateral se destacan las tres hendiduras características de los Maserati (todos los modelos actuales las llevan) y un techo que baja bastante en pronto en comparación con otros modelos, dándole una forma distintiva. Los faros traseros tienen una forma triangular similar a la del GranTurismo y al GranCabrio, aunque es más alargado ya que el coche en sí tiene unas dimensiones más voluminosas.
Además de ser el primer coche de estas características que fabrica Maserati, también rompe la tendencia en su mecánica puesto que puede llevar un motor diesel bajo el capó – el Ghibli fue el que inició la tendencia después de años y años confinados a motores gasolina, a menudo de origen Ferrari como en el GranTurismo y GranCabrio.