Lo mínimo imprescindible
Si el exterior del Jeep Wrangler conserva el estilo retro de los clásicos todoterrenos de la marca americana, en el interior ocurre tres cuartas partes de lo mismo. El único elemento “moderno” es la pantalla del sistema multimedia, colocado en el centro del rudimentario salpicadero. Debajo se sitúan los controles del aire acondicionado y en la parte del pasajero se encuentra el asidero, que recuerda que estamos montados en un 4X4 total.
La calidad de los materiales es la que se espera en este tipo de vehículos, en los que la comodidad y los lujos pasan a un segundo plano. Predominan los plásticos rígidos con superficies que no resultan muy desagradables al tacto. En general, todo el interior transmite sensación de robustez y durabilidad al paso del tiempo. Las versiones más equipadas pueden disponer de elementos de confort como el climatizador o asientos de piel con calefacción.
El espacio para los pasajeros es muy reducido, especialmente en el Wrangler de 3 puertas. Esta versión está homologada para transportar a cuatro pasajeros. Para poder llevar un quinto ocupante, es necesaria la carrocería de 4 puertas que ofrece el Unlimited. Aun así, el espacio atrás sigue siendo pequeño.
El maletero es prácticamente inexistente en la versión de 3 puertas, con un espacio de 140 litros en el que introducir algunas bolsas y poco más. Para disfrutar de una mayor capacidad, será necesario el Unlimited, que dispone de 498 litros, gracias a sus 25 centímetros de mayor longitud, en relación al 2 puertas.