Buena habitabilidad
El interior del Jeep Renegade muestra un aspecto correcto y bien terminado. La sensación de calidad a simple vista es buena, con el uso de plásticos blandos y otros rígidos en las zonas menos visibles. El salpicadero tiene un asidero en la parte del pasajero, un guiño a los todoterrenos clásicos. En el centro se ubica la pantalla del sistema de infoentretenimiento Uconnect, de 5 pulgadas o de 6’5 en las versiones más equipadas. Puede incluir navegador con cartografía en 3D y tiene conexión bluetooth, USB, AUX, seis altavoces y control por voz.
El cuadro de instrumentos presenta una ordenación buena y puede tener una pantalla TFT de hasta 7 pulgadas con toda la información relativa al vehículo, a modo de ordenador de a bordo. El volante tiene un tamaño muy bueno y se garra bien, pero dispone de una excesiva instrumentación y el tacto de los botones no es del todo bueno.
Uno de los puntos fuertes del Renegade es su habitabilidad. El espacio para los pasajeros está muy bien aprovechado, especialmente en las plazas traseras. Esto es debido a una distancia entre ejes de 2’57 metros, muy buena para un vehículo del segmento B, y a las formas cuadradas de la carrocería. La plaza central no es tan espaciosa como las laterales, pero es bastante aprovechable si la persona no es muy alta.
El Renegade tiene un maletero con 350 litros de capacidad. Es un volumen correcto para un vehículo de su tamaño, pero hay varias alternativas con mejores cifras, como el Renault Captur (377 litros) o el Suzuki S-Cross (430 litros). No obstante, tiene unas formas cúbicas que permiten aprovechar muy bien toda su capacidad.