Buena habitabilidad
El interior del Jeep Cherokee presenta un correcto nivel de acabados. Los materiales son agradables al tacto y al ojo y compagina superficies blancas con otras más duras. En el centro del salpicadero se encuentra la pantalla táctil de 8’4 pulgadas de serie en toda la gama. Desde ella se maneja el sistema multimedia Uconnect, con navegador, conexión USB, bluetooth, tarjeta SD y navegador Garmin en las versiones más completas, con cartografía de toda Europa. También permite dar órdenes de voz.
El cuadro de instrumentos tiene una pantalla TFT de 5 pulgadas con abundante información sobre el vehículo. El puesto de conducción es elevado y permite una buena visibilidad. Los asientos pueden tener reglajes eléctricos en los acabados más ricos, permitiendo encontrar fácilmente la mejor posición para cada usuario. Hay varios huecos portaobjetos en el habitáculo que remarcan el carácter familiar del Cherokee.
La habitabilidad es uno de los puntos más interesantes del Cherokee. Las plazas delanteras son amplias, así como las traseras. La plaza central, como suele ocurrir, es menos aprovechable por el intrusivo túnel central y porque el respaldo del asiento es más duro. Pero en las plazas laterales pueden viajar dos adultos altos con suficiente espacio para piernas y cabeza. Así mismo, la banqueta se puede deslizar, ganando espacio en el maletero, lo que subraya la versatilidad del vehículo.
El Cherokee tiene un maletero con 515 litros, con la fila de asientos desplazada en su posición más adelantada. Con la banqueta arrastrada hacia atrás, queda un volumen de 400 litros. Es un espacio de carga normal y hay alternativas con mayor maletero. Sin embargo, el Jeep cuenta con una rueda de repuesta del mismo tamaño de las que monta, algo que no ofrecen sus competidores directos y que, lógicamente, resta mucho espacio atrás. Sin esa rueda de respuesta, el maletero puede tener un doble fondo con 77 litros más. Pero es necesario resaltar que, en un vehículo que presumiblemente circulará por pistas forestales, con más o menos regularidad, la presencia de una rueda de respuesta resulta vital.