Mejora en todo
Los grandes avances que trae el Ford S-Max se dejan sentir especialmente cuando accedes a su interior. El panorama ha cambiado mucho respecto a la versión anterior, con más espacio para conductor y pasajeros y también con una evidente (y agradecida) mejoría en cuanto a los materiales utilizados para confeccionar tanto el salpicadero como el resto del interior del S-Max. Por otro lado, y como sucede con su hermano C-Max, la tecnología también se percibe y mucho con una nueva consola central que incluye un navegador de 8 pulgadas cuyo funcionamiento es bastante bueno y además es compatible con Android Auto y Apple Carplay.
En su prueba, Autobild destaca de manera positiva los numerosos compartimentos de los que dispone el S-Max para guardar objetos, tanto en la zona del conductor y el acompañante, como en la segunda fila de asientos. Esto quiere decir que a nivel de funcionalidad, el Ford S-Max es uno de los monovolúmenes mejor resueltos en este apartado. La segunda fila de asientos es cómoda para sus tres ocupantes y en la tercera, aunque no es demasiado recomendable para viajes de larga duración, sí que se pueden acometer desplazamientos de unas dos dos horas sin ir demasiado incómodo.
Comparando el espacio del maletero del Ford S-Max con sus principales rivales monovolúmenes puros, el representante estadounidense sale muy bien parado en este aspecto, ya que dispone de una de las mayores capacidades en su interior tanto para 5 ocupantes (700 litros), pero sobre todo para 7 (285 litros). Respecto al Opel Zafira, por ejemplo, este le sobrepasa ligeramente en capacidad para 5 pasajeros con 710 litros, pero queda por detrás a la hora de montar la tercera fila de asientos (152 litros). En relación al Renault Espace, el S-Max cuenta con más espacio en ambas configuraciones. Sólo coches como el SKODA Kodiaq, que son más SUV que monovolúmenes, le ganan en ambas facetas.