No es el más espacioso
Al tratarse de un coche que lleva sin actualizarse un tiempo, el interior del Ford B-Max 2018 es algo más rudimentario que el de algunos de sus rivales, lo que cual no quiere decir que todo sea malo. Buenos materiales, una posición de conducción bastante agradable y una posición de la palanca de cambios muy cómoda para el conductor. Por otro lado, no hay mucho espacio para guardar objetos en los laterales y la visión lateral también es algo dificultosa por lo grande que es el panel que separa la puerta delantera con la trasera. La pantalla es demasiado pequeña, pero a cambio hay una botonería bastante bien dispuesta y donde es fácil saber dónde se ubica cada elemento.
Uno de los puntos más llamativos y para bien en el Ford B-Max es la ausencia del pilar B, que contribuye a que el acceso a las plazas traseras del coche sea mucho más cómodo cuando la puerta corrediza trasera y la de la fila delantera de asientos están abiertas. Después de comentar este detalle, el interior del nuevo B-Max es muy amplio, tanto para las piernas como para la cabeza. La posición es muy erguida, lo que también facilita que no se necesite mucho espacio para las piernas y que el usuario pueda sentirse cómodo.
El espacio en el maletero del Ford B-Max 2018 es uno de sus puntos débiles, ya que cubica solamente 318 litros y en esta faceta sufre contra otros rivales de su segmento como pueden ser el Honda Jazz (354 litros), el Citroën C3 Aircross (410 litros), el Kia Venga (440 litros) o el Hyundai ix20 (440 litros). Al tratarse de un monovolumen para un uso más o menos habitual en ciudad, el hueco en el maletero no se convierte en un elemento tan exigente. También en su favor conviene destacar que si bien no tiene demasiado espacio, esta faceta se arregla con una óptima modularidad.