El retorno de un icono
El Fiat 124 Spider representa una rara avis dentro del mercado del automóvil, pues no todos los días aparece un deportivo descapotable con diseño y carácter italiano como es este coche proveniente de los concesionarios de la marca italiana – además de ser tracción trasera, cada vez menos común. El 124 Spider, lanzado en 2016, desembarca en un segmento muy particular en el que se encuentran en la actualidad el Mazda MX-5, el Toyota GT86, el Subaru BRZ, el Mercedes-Benz SLC o el BMW Z4.
El 124 hace homenaje a su vez a uno de los modelos más míticos de Fiat, el 124 Sport Spider que estuvo en producción entre 1966 y 1985 – fue también conocido como Pininfarina Spider entre 1983 y 1985. De hecho es de este modelo del que se inspira en el frontal, con unos faros saltones y una parrilla que alude de manera directa a una estética retro, modernizándose para estar acorde al mismo tiempo a la actualidad y a la línea de diseño de Fiat.
Las similitudes con el MX-5 son evidentes, ya que de hecho el 124 Spider parte del deportivo japonés como base, pero no se tratan de gemelos como el Subaru BRZ y el Toyota GT86 (así como su extinta contraparte americana, el Scion FR-S). El 124 Spider monta el motor turbo del Alfa Romeo Giulietta y la caja de cambios del MX-5 de la anterior generación, además de unas suspensiones que le dan un feeling distinto con respecto al MX-5.
Además del 124 Spider, la variante deportiva de Fiat Abarth ha desarrollado una versión más cercana a la competición, llamada Abarth 124 Spider – además de ser más ligero y contar con un característico capó de carbono, el motor ha sido potenciado hasta los 170 caballos. No solo eso, sino que ha sido capaz de homologar una versión de rallyes con 300 caballos: el Abarth 124 Rallye RGT, que ha llegado a participar en el Rallye de Monte-Carlo o el Tour de Córcega de la mano de François Delecour.