Más grande de lo que aparenta
Aunque lleve el mismo nombre que el pequeño vehículo de la casa Fiat, el 500L tiene poco o nada que ver con él: se trata de un coche de dimensiones mucho mayores – de hecho supera con creces los cuatro metros de longitud – y con capacidad para llevar sin problemas a familias enteras. Este 500L, que lleva en los concesionarios de la red de Fiat desde 2012, se enfrenta en el mercado a rivales como el Ford B-Max, el Hyundai ix20, el Nissan Note o el Opel Meriva, entre otros.
En comparación con el 500, el 500L normal es hasta 60 centímetros más largo, 16 más ancho y 18 más alto, siendo un coche que acomoda con más facilidad a los pasajeros e incluso al propio conductor. Se trata de un coche pensado para circular tanto en entornos urbanos como en zonas de carretera (para lo cual convendría más un motor gasolina, un diesel o incluso la variante de GLP), pero no es un coche que destaque en carreteras de montaña.
Por fuera mantiene una estética similar a la del 500 con faros delanteros grandes y redondos, además de la parrilla en la que se adivina desde una gran distancia el logotipo de la marca, dejando clara la identidad del 500L. por detrás es más ‘familiar’ que el 500 con una carrocería cercana a un monovolumen, destacándose por una tonalidad bicolor – por ejemplo, carrocería blanca y techo negro o carrocería de color oscuro con el techo blanco.
En estos últimos cinco años el 500L ha originado a su vez dos variantes derivadas: el 500L Trekking y el 500L Living. El primero es un acercamiento al terreno de los crossover ya que es una versión más alta y con los bajos de plástico, ayudando a moverse mejor por terrenos que no estén asfaltados, mientras que el otro es un monovolumen de siete plazas.