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Una insignia sobre ruedas
El Bentley Flying Spur es uno de los cuatro modelos de máximo lujo con los que cuenta Bentley en el mercado actualmente, siendo también uno de los más largos con casi 5,3 metros de longitud – 5,299 para ser exactos. Por su tamaño y el nivel de gama que tiene, queda claro que se puede considerar una berlina de lujo. Además del Bentley Mulsanne (por tener características parecidas), el Flying Spur se enfrenta al Audi A8, al Maserati Quattroporte, al Jaguar XJ o al Mercedes-Benz Clase S.
Aunque pueda parecer que tiene muchos elementos en común con el Mulsanne y un aspecto similar, lo cierto es que proviene del Continental GT ya que de hecho es su variante de cuatro puertas: su nombre completo era Continental Flying Spur, pero para el modelo actual se ha suprimido lo de Continental. Su legado se nota sobre todo en la parte trasera con unas formas parecidas a las del Continental, además de una parte delantera más curvada que la del clásico y tradicional Mulsanne.
Los signos de identidad de Bentley se mantienen en el Flying Spur con una gran parrilla frontal y dos faros delanteros redondos a cada lado, además de tener una línea bastante típica de un sedán, refinando cada línea y cada curva a la perfección. Aunque es más corto que el Mulsanne por más de 20 centímetros, el Flying Spur es un poco más ancho, aunque la diferencia es más bien pequeña.
Aprovechando que Bentley forma parte del Grupo Volkswagen, este coche utiliza la misma plataforma que el Volkswagen Phaeton y algunos componentes mecánicos son los mismos que se pueden ver en el Audi A8 y su variante de altas prestaciones, el S8, así como el Porsche Panamera. El diseño y el desarrollo del coche lo hizo el mismo grupo de ingenieros que llevó a cabo tanto el Continental GT y el Continental GTC.