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Mecánicas diésel, gasolina y una híbrida
Una de los aspectos que más sorprende al conducir el Q7 es el increíble silencio de rodadura y el refinamiento de marcha que se percibe. El aislamiento acústico es, simplemente, asombroso y el sonido del motor diésel, incluso en frío, es imperceptible, lo que acentúa el confort supremo que se respira dentro y hace que cualquier viaje sea muy placentero. Otro punto positivo, que confirma que este Q7 es algo más que un gran SUV, es su centro de gravedad más bajo que el anterior modelo que, unido a la importante reducción de peso que ha sufrido, lo convierten en un coche más ágil cuando entramos en carreteras de curvas. Evidentemente no es ese su hábitat pero tampoco se muestra torpe, a pesar de su más de dos toneladas de peso.
En este sentido, la suspensión neumática, opcional, también tiene mucho que decir, garantizando la comodidad a bordo en cualquier tipo de circunstancias. Y si salimos al campo, también se desenvuelve con nobleza, siempre y cuando no nos metamos en terrenos demasiado exigentes. La suspensión dispone de dos modos pensados para la circulación off road, que elevan la altura al suelo y permite superar obstáculos mayores. No es un todoterreno, eso debe quedar claro, pero la electrónica se encarga, casi como por arte de magia, de gestionar diferentes parámetros del coche para que la conducción en zonas forestales sea tan segura y cómoda como por asfalto.
El mejor 3.0 TDI V6 de 272 caballos es el que mejor se ajusta a las exigencias del Q7. Aunque puedan parecer pocos caballos para una mole de más de 2.000 kilos, los 600 Nm de par disponibles desde las 1.500 revoluciones mueven con soltura suficiente al SUV alemán en todo tipo de vías y, junto con el cambio Tiptronic de ocho marchas y la tracción Quattro, el comportamiento del coche es sobresaliente.
No puede decirse que el Q7 disponga de una gama muy extensa de motores, como ocurre con otros modelos de la marca, pero sí son más que suficientes para un coche de estas características. Hay dos motores diésel, de entre 218 y 272 caballos, y uno de gasolina, con 333 caballos. Además, ofrece también una versión híbrida enchufable que combina un motor diésel con otro eléctrico que rinde 373 caballos. Sin olvidar el SQ7 de 435 caballos. Todos los motores van combinados con un cambio automático de ocho relaciones Tiptronic y tracción Quattro.
Sólo dispone de una mecánica de gasolina. Se trata del bloque 3.0 V6 TFSI que desarrolla 333 caballos, capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 6’3segundos y declarar un consumo mixto de 7’9 litros.
Cuenta con el motor 3.0 V6 TDI con dos niveles de potencia, 218 y 272 caballos. El primero declara una aceleración de 0 a 100 km/h en 7 segundos y un consumo medio de 5’5 litros. Por su parte, el más potente alcanza los 100 km/h en 6’3 litros y obtiene un consumo medio de 5’7 litros.
La versión más deportiva y prestacional es el SQ7, que monta un motor V8 4.0 TDI que entrega 435 caballos con un impresionante par de 900 Nm. Acelera hasta los 100 km/h en 4’8 segundos y declara un consumo medio de 7’2 litros.
Se trata del 3.0 TDI e-tron, compuesto por un motor diésel y otro eléctrico que, conjuntamente, entregan 374 caballos y puede circular de manera totalmente eléctrica hasta 56 kilómetros. Eso le permite homologar un consumo muy bajo de 1’8 litros, sin renunciar a unas buenas prestaciones, alcanzando los 100 km/h en 6’2 segundos.