Gran diversidad
Dinámicamente, Renault ha hecho un muy buen trabajo con el Mégane, y es que si ya la anterior generación destacaba en este sentido -aunque en las carreteras con más curvas podía pecar de blando-, el nuevo modelo lo mejora en todos los aspectos. Así las cosas, el Renault Mégane se siente con una suspensión que ofrece una buena relación entre firmeza y comodidad y que, a su vez, hace que el coche tenga un nivel de aplomo digno de elogio. Por su parte, la dirección es bastante precisa, si bien no transmite con el grado deseado lo que pasa debajo de las ruedas debido a su asistencia eléctrica.
En cuanto a la caja de cambios, la palanca cuenta con un tacto suave y con unos recorridos guiados bastante largos, algo que resulta cómodo pero que, lógicamente, resta varios puntos de precisión. El ruido desde el exterior no se filtra especialmente al habitáculo del Renault Mégane 2017, aunque hay situaciones en las que sí que se transmite algo de sonoridad al interior procedente de la aerodinámica. Este coche cuenta, en función de la versión escogida, con cinco modos de conducción diferentes: Eco -no disponible en la variante deportiva GT-, Neutral, Comfort, Sport y Perso -personalizable por el usuario-.
Una de las grandes virtudes del Renault Mégane es la diversidad mecánica de su gama, ya que cuenta con tres opciones de motores de gasolina, entre las que se encuentra el deportivo GT con 205 CV, y otras tres diésel. Las menos potentes pueden echar en falta algún que otro caballo en según qué situaciones; sin embargo todas cumplen por prestaciones y, especialmente, por consumo de combustible, donde los propulsores de gasóleo brillan por sus bajas cifras homologadas.
La oferta de motorizaciones de gasolina del Renault Mégane está formada casi en su totalidad por un bloque turbo de 1.2 litros TCe. A partir de éste, la marca del rombo ofrece dos niveles de potencia, de 100 y de 130 CV. Además, los más exigentes podrán decantarse por el Mégane GT 2017, el cual monta un motor 1.6 TCe que desarrolla 205 CV. Los dos primeros destacan por su compromiso entre consumo y prestaciones, mientras que el más deportivo llama la atención por su comportamiento y rapidez.
Por su parte, la gama de motores diésel queda conformada por un propulsor 1.5 dCi en potencias de 90 y de 110 CV, y por otro 1.6 dCi de 130 CV, que sin duda es el más recomendable, ya que mueve al Renault Mégane 2017 con una agilidad envidiable y homologa un consumo mixto de tan solo 4,0l/100km.