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La máxima expresión del lujo, en versión 4x4
Desde 1970, el Range Rover ha sido la definición de todoterreno y, cuatro generaciones después, lo sigue siendo. Pero, además, representa la máxima expresión del lujo en su categoría. No hay ningún otro vehículo en el mundo capaz de comportarse en autovía como las mejores berlinas y, a la vez, escalar pendientes muy pronunciadas, pasar por encima de rocas o superar cualquier tipo de obstáculo sin pestañear. Por ello, sus principales rivales son otros SUV de lujo como el Audi Q7, el Mercedes-Benz GLS o el Lexus RX, pero también intenta atacar a los Audi A8, Mercedes-Benz Clase S, BMW Serie 7 o al propio Jaguar XJ por comodidad y confort a bordo.
El diseño del Range Rover presenta el máximo grado de la elegancia británica. Luce unas líneas discretas pero a la vez imponentes. En el frontal, destaca la parrilla anche de tres lamas horizontales y unos grupos ópticos con una singular firma luminosa LED. En la vista lateral, llaman la atención las clásicas branquias verticales, una línea de tensión que recorre toda la cintura desde los faros delanteros hasta los pilotos traseros, un pilar A muy acentuado que proporciona unas grandes ventanillas y una gran altura al coche, con una superficie acristalada enorme. No hay ningún montante en el color de la carrocería, lo que transmite una sensación de techo flotante, un recurso estilístico que tiene sus defensores y sus detractores. En la zaga, domina el gran protón que se abre en dos partes y las luces verticales, sello de la marca británica.
El interior es como un inmenso salón. No tiene absolutamente nada que envidiar a las mejores berlinas de lujo alemanas en cuanto a calidad, espacio, lujo y confort. El cuero, materiales nobles como aluminio y madera y los plásticos tienen un tacto exquisito. El espacio en las plazas traseras es muy grande y, como ocurre en las grandes berlinas, es de esos coches en los que es mejor ser llevado que conducirlos.
Para mover los 2.400 kilos que pesa en vacío, dispone de una gama de motores igualmente descomunal, con versiones diésel y gasolina, que van desde los 258 caballos hasta los 550 del más potente y exclusivo, con el acabado SV Autobiography. Todos los propulsores ofrecen un gran rendimiento y van asociados a un cambio automático de ocho relaciones firmado por ZF, cuyo funcionamiento es superlativo. Y como auténtico todoterreno, está equipado con reductora, suspensión neumática que eleva el coche hasta casi 30 centímetros y un despliegue tecnológico de ayudas a la conducción que facilitan la circulación por cualquier tipo de camino.