Buena habitabilidad
El interior del SsangYong Korando presenta algunas mejoras, en relación al modelo de 2014. El principal cambio lo protagoniza el nuevo volante, mucho más ergonómico que el anterior y con un tacto muy bueno. También es nuevo el cuadro de instrumentos, más elaborado y completo, con más información del vehículo, gracias a una pantalla LCD situada entre las esferas del cuentavueltas y el velocímetro. El salpicadero permanece invariable, con su peculiar diseño. En el centro cobra protagonismo la pantalla del equipo multimedia, flanqueada por unas grandes tomas de aire verticales. Su manejo es sencillo, aunque no del todo intuitivo, y tiene unos gráficos correctos.
La calidad de los materiales es correcta, atendiendo a su precio. Predominan los plásticos duros en la mayor parte del habitáculo. Únicamente la zona superior del salpicadero, la más visible, está recubierta de plásticos más blandos que mejoran sensiblemente la percepción de calidad general del interior. El nivel de equipamiento más alto, Limited, puede incluir molduras de aluminio y madera que, sin duda, ayudan a elevar la calidad del conjunto.
La habitabilidad está bien conseguida en el SUV coreano, tanto que puede presumir de ello frente a varios de sus rivales. Los asientos delanteros son cómodos y espaciosos y la fila trasera tiene un espacio considerable para las piernas. La altura para la cabeza es buena, pero no tanto como el espacio para las piernas y la plaza central, aunque más estrecha que las laterales, se puede aprovechar perfectamente, ya que no cuenta con un túnel central muy pronunciado que le reste espacio. Los asientos no se pueden deslizar, pero los respaldos se pueden reclinar para viajar más cómodos.
El maletero cuenta con una capacidad de 486 litros que lo convierten en uno de los mejores del segmento. Además, está bien equipado. Dispone de una bandeja debajo del suelo, otra cubre-maletero, una red y un gancho en el techo.