Una fiera con clase
El Jaguar XF es uno de los modelos más recientes y uno que ha cogido por sorpresa su segmento, siendo un éxito de ventas además de un coche que se ha mostrado competitivo desde un primer momento. Este sedán ejecutivo bebe de las fuentes de vehículos clásicos de la marca británica para ofrecer lujo y refinamiento además de elementos de tecnología punta y niveles de electrónica bastante elevados para competir contra rivales como el Audi A6 o el BMW Serie 5.
Con respecto a la primera generación del XF (lanzada al mercado en 2007), esta segunda versión ha sido renovada por completo, cambiando los componentes mecánicos que antes derivaban del S-Type por piezas nuevas, muchas de ellas construidas en aluminio. Es por tanto un conjunto más ligero, que se maneja mejor y que optimiza el consumo de combustible, a pesar de que se trata de un coche con más espacio en su interior.
A nivel externo las líneas son bastante similares a las de la primera generación, manteniendo las formas y diseños típicos de Jaguar pero en una versión modernizada – nada que ver con lo que se hizo con el XJ a principios de este siglo, cuando lo actualizaron por dentro y mantuvieron casi intacta su línea exterior. Este XF ha conseguido que hasta las líneas más simples puedan dar lugar a una carrocería sofisticada, sin necesidad de realizar grandes revoluciones.
Aunque ha tardado un poco más que la versión sedán, el XF cuenta también con el familiar Sportbrake, más largo y con más espacio tanto para la fila trasera de asientos como hueco de maletero. Lo que sí que no se ha renovado de momento es el XFR-S, la variante deportiva presente en la primera generación: también hay que tener en cuenta que tardó unos cinco años en lanzarse al mercado en aquél entonces.